¿Y vos qué sos? ¿Qué querés? ¿Qué proponés?

Qué fui

Nací a la política en las asambleas populares nacidas en el 2001/2002. Tuve una etapa muy corta en el marxismo-leninismo, con el cual rompí orientándome hacia un marxismo no-leninista, como el que tenían revolucionarios alemanes que Lenin en su famoso folleto calumnió como "izquierdistas infantiles". Investigando, me di cuenta que Lenin estaba mintiendo a conciencia sobre sus oponentes. En ese momento dejé de ser leninista pero sin dejar de ser marxista, sobre todo cuando ahondé en las diferencias entre marxismo y leninismo.

En esa época seguía creyendo en una revolución proletaria internacional que llevara al comunismo, pero dejé de creer en el Partido de Vanguardia y la dictadura del sobre el proletariado al que conduce esa idea. De manera que no sólo rechazaba al stalinismo, también rechacé al bolchevismo en su conjunto y a todas sus ramificaciones (troskismo, maoísmo, guevarismo, etc.). No comparto los objetivos de "dirigir a las masas" ni "tomar el poder" que tienen los partidos e intelectuales marxistas-leninistas. Considero que esa es la semilla para los regímenes totalitarios que en el siglo XX se llamaron a sí mismos socialistas/comunistas.

A regímenes como el de la URRS y Europa del Este, China, y Cuba los considero, económica y políticamente, como capitalismos de Estado. La clase obrera en ellos vivió un progreso económico y social (después de todo, venían de guerras devastadoras como la primera o la segunda), pero siguió siendo explotada, y en varios aspectos terminó siendo más oprimida que la clase obrera de occidente. En vez de liberarse, cambió de amos. La peor clase de amos: los que fueron revolucionarios y por lo tanto saben muy bien cómo ser contra-revolucionarios (como demostraron los bolcheviques en la masacre de Kronstadt). Cuando la clase obrera de esos países se rebeló contra la burocracia de los Partidos "Comunistas" e intentó reorganizar la sociedad de manera realmente comunista, fue aplastada por una represión que hizo ver como amateur a la represión de las dictaduras militares latinoamericanas. Así pasó en Alemania Oriental en 1953, en Hungría en 1956, en Praga la década siguiente, etc.

Cuánto más me enteré de la historia de estos regímenes, más se fortaleció mi antibolchevismo, mi desconfianza hacia la izquierda como la otra cara del Capital, y mi convicción de que una emancipación humana general no se logrará haciendo política de jefes (es decir, tratando al resto del mundo como tropa). Pero todavía seguía siendo marxista.

A medida que mi mirada crítica del marxismo se profundizaba (por ejemplo, aquíaquí y aquí), seguir siendo marxista se tornaba cada vez más insostenible. Fue hace relativamente poco que asumí mi ruptura con el marxismo y propuse la necesidad de un nuevo marco teórico. Esto también me llevó a tener que romper con la izquierda al reconocerla, junto con la derecha, como una de las alas de este sistema. Empecé como izquierdista y me volví anti-sistema. Estoy en contra tanto de la derecha como de la izquierda de este sistema.

Qué voy siendo y qué futuro veo para la emancipación humana

Si hoy tengo que resumir qué soy en dos palabras, elijo "comunista libertario" (la bella palabra "libertario" no debe ser apropiada por el liberalismo). Me considero comunista porque sigo pensando que la propiedad privada de los medios de producción está en la raíz de muchos de los males sociales. Y agrego libertario porque a esta altura de la historia hay que aclarar que comunismo y Estado no pueden convivir.

Me siento cercano al anarquismo por su anti-estatismo irrenunciable y por proponer una ética libertaria para la vida, pero a las corrientes anarquistas basadas en el movimiento obrero las veo igual de obsoletas que a las marxistas. Y de las sectas anarquistas post-muerte del movimiento obrero, que se contentan con acciones destructivas aisladas de cualquier movimiento social y desprecian tanto a la democracia como a la vida en paz, no puedo estar más lejos

Si me preguntan si veo posible una revolución contra el capitalismo global que nos lleve a un comunismo libertario, mi respuesta será que no. Ese tren ya pasó hace un siglo. Hoy el capitalismo global es demasiado fuerte y la gran mayoría de la clase obrera -considerada clásicamente como el sujeto revolucionario- es una clase para el capital (cuando la gente de izquierda se queja de la "falta de conciencia de clase" apenas araña la superficie).

¿Y entonces qué proponés?

La pregunta por excelencia que sigue a toda crítica del mundo existente es "¿qué hacer?". Tengo más certezas en lo que no hay que hacer o en lo que hay que dejar de hacer. Sugiero empezar por aprender de la experiencia del siglo XX para saber qué NO hacer.

En cuanto a mi propuesta de una sociedad alternativa a la capitalista, se contextualiza en esta época histórica que estamos viviendo. Advierto que si no acordamos con la caracterización de la época, no vale la pena discutir qué propuesta tengo.

Nuestra época histórica se caracteriza fundamentalmente por lo siguiente: la civilización capitalista actual está dirigiéndose hacia un colapso por razones energéticas (simplificando: el declive del petróleo, que es la sangre de este sistema). Dicho colapso se llevará puestos a los Estados-nación y a los complejos industriales que actualmente estructuran nuestras sociedades. Las razones y los factores de este colapso están analizados y descriptos en varios posteos de este blog. Hay aspectos del colapso civilizatorio que ya están presentes en nuestras sociedades. Y los que no, están próximos a aparecer.

Allí donde el colapso tenga lugar, la política y la economía tendrán que volver a ser predominantemente locales y ruralizadas. Ya hay regiones donde esto es así por guerras de invasión, guerras civiles, o Estados fallidos. En dichas regiones de-globalizadas y des-urbanizadas será imposible mantener la complejidad social actual (o sea la división del trabajo social actual, con cientos de profesiones dependientes de un capitalismo fósil que ya no volverá) y por lo tanto seremos más semejantes: para empezar, todos o casi todos tendremos que ser agricultores/horticultores/pescadores/pastores, dependiendo del ecosistema en que nos encontremos, ya que la industria alimentaria actual y su logística global (basadas en combustibles fósiles) no podrán sostenerse. Sin garantizar la obtención de alimentos no se puede sostener una sociedad. 

El colapso es un predicamento, no un problema, ya que no tiene solución. El problema es cómo sobrevivirlo en las condiciones más dignas posibles y aprovecharlo para reformar nuestras sociedades. Las preparaciones que debemos encarar para este colapso no son para evitarlo, sino para que el colapso del sistema financiero y comercial internacionales y el colapso de los Estados no sea el colapso de las comunidades, y que dichas comunidades puedan reorganizarse a sí mismas. Esta preparación significa creación y promoción de organizaciones locales e independientes de la sociedad civil, creación de una nueva subjetividad comunitarista allí donde no existe o protegerla si ya existe, y por supuesto solidaridad con varias de las luchas presentes dadas por movimientos sociales o colectivos oprimidos. Esto requerirá eventualmente medidas de seguridad alimentaria y autodefensa de las comunidades, sea contra el Estado o contra las mafias que busquen reemplazarlo.

Cómo imagino esa transición y por qué hago este blog

Con el fin de la abundancia de la industria y el transporte basado en combustibles fósiles, que hace posible que existan ciudades que no producen nada del alimento que consumen, en un principio tendremos dificultades para alimentarnos y para resolver otras necesidades básicas. El trabajo cooperativo será nuestra mejor oportunidad para sobrevivir con dignidad, la alternativa es una nueva especie de feudalismo donde la mayoría trabajemos para sostener a una minoría privilegiada. En cualquiera de ambos casos, será imposible sostener el actual modo de vida consumista. Cada localidad que sobreviva al colapso económico-político estará obligada a reorganizar a su sociedad sobre nuevas bases. Ahí veo la oportunidad para que esa reorganización sea la democracia directa y el comunismo. En ese marco, las comunidades se verán enfrentadas a la decisión de poner bajo gestión comunitaria a todo lo que sea esencial para la reproducción social, aplicando una política distributiva de bienes y servicios cercana a "de cada cuál según sus necesidades". Creo que el comunalismo de Murray Bookchin y su propuesta de municipalismo libertario es un buen marco teórico para empezar a pensar ese tipo de escenarios. En esta propuesta propia convergen mis reflexiones en base a esas lecturas con mis reflexiones sobre mi experiencia en las asambleas populares.

Ni quiero ni soy capaz de producir por mí mismo una nueva teoría de la transformación social que se pueda proponer como competencia a las teorías de los marxismos-leninismos (que hay tantos como sectas bolches). Ni siquiera soy un científico social, soy un laburante autodidacta que escribe este blog en su tiempo libre. En mis reflexiones hay mucho de bosquejo y conjetura. Reconozco mis limitaciones y mis únicas esperanzas de profundizar y corregir mi pensamiento es leer a gente más formada que yo y debatir con otra gente que esté en un camino similar. Quizás lo más acabado que puedo ofrecer a quienes lean este blog son mis reflexiones sobre qué podemos hacer las personas comunes en esta época de colapso civilizatorio.

Mis reflexiones van a continuar y posiblemente corrija y agregue más cosas a este texto en el futuro. Tengo una fuerte atracción por la verdad, pero prefiero a las incertidumbres del libre pensamiento (cuya conclusión puede ser "no sé") antes que las certezas del dogma (que tiene respuesta para todo, incluso para lo que no sabe).

Comentarios

  1. Muy interesante. Te he "descubierto" gracias al científico Antonio Turiel. Voy a seguir leyendo con atención e interés lo que publiques. Gracias.

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  2. Buen texto. Es un modo de conocerte e incorporar ese conocimiento a la hora de debatir. Es importante saber la trayectorias. Me identifique bastante. Aunque fui marxista- leninista muy poco tiempo y luego pase rápidamente al anarquismo. Luego de la decepción con el anarquismo en el movimiento estudiantil pase a militar al marxismo consejista en una organización que formaba parte de la " nueva izquierda".

    Hasta que tanto ex compás anarquistas como consejistas se sumaron al peronismo o trotskismo. También hice el recorrido de acercarme a Bookchin. Y creo que por ahí está el camino a seguir. Un abrazo

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