Los "libertarios": los liberales que odian a la libertad

Del excelente artículo en acracia.org

Comparto algunos puntos para discutir con esos liberales de ultra-derecha que usurpan la bella palabra "libertarios". Buena cacería.

  1. No les importa la libertad positiva. La libertad negativa es la ausencia de toda restricción externa sobre nuestras acciones. La positiva es nuestra capacidad de hacer lo que decidamos con nuestra vida. Si analizás el discurso "libertario", solamente hablan en contra de regulaciones y límites a la actividad empresarial o al consumo. O sea, hablan a favor de la libertad negativa para un grupo social bastante reducido: los propietarios de capital. Jamás hablan de la libertad positiva para la gran mayoría de los seres humanos, que no somos millonarios y tenemos que trabajar para vivir. Si realmente desearan que todos los seres humanos fueran libres, tendrían que empezar a hablar de una sociedad donde todo el mundo pudiera ser libre, y eso significa, para empezar, una economía que garantice la satisfacción de las necesidades básicas de todos los individuos.
  2. ¿Adónde está la crítica liberal del capitalismo? Para la mayoría humana, esta es una de las sociedades con menor libertad positiva de la historia humana (para esa comparación hay que saber historia). El capitalismo tiene aspectos totalitarios y autoritarios que no son criticados por el liberalismo o que, mediante subterfugios, son asignados a elementos ajenos al capitalismo. Uno de los principales subterfugios del liberalismo es separar al Estado moderno del capitalismo, cuando son una totalidad histórica. Entonces una vez logran eso, pueden recurrir a decir "eso es culpa de la intervención estatal" y hacerse los distraídos sobre el carácter totalmente imprescindible de la intervención estatal para sostener el status quo capitalista. Y para responder a la crítica de las dinámicas rapaces del capitalismo suelen decir "eso no es liberalismo, es mercantilismo". Naturalizan lo que debe ser problematizado. La reivindicación que hacen los liberales del capitalismo (o de la sociedad de libre mercado, porque "capitalismo" sería un término inventado por Marx...), como mejor sociedad de la historia o como la menos peor, solo se sostiene con una ignorancia supina de la gran diversidad de sociedades que ha sido creada por la humanidad. Para sostener los lugares comunes del liberalismo hay que ser analfabeto en historia, en sociología, y en antropología. O mentir.
  3. Pretenden ser utópicos y son mediocres en su imaginación. Cuando los liberales se entusiasman con lo genial que sería un mercado libre hasta parecen utópicos que quieren una sociedad totalmente nueva. En realidad quieren esta misma sociedad capitalista con menos impuestos y menos regulaciones para la actividad empresarial. O sea, una sociedad donde sólo una minoría puede ser libre, porque millones necesitan dos trabajos para comer todos los días y evitar el desalojo.
  4. En lo social, son más conservadores que liberales. A pesar de su discurso a favor de que todo el mundo tenga oportunidad de competir en el mercado, no les importa la igualdad de condiciones  para competir. Se oponen a las causas de igualdad de derechos que llevaría a una competencia más justa. Ni siquiera son consecuentes con el tibio "vive y deja vivir" que cualquier centrista apoyaría. Hay liberales que militan la desigualdad en derechos y oportunidades con un entusiasmo que nada tiene que envidiar a los fascistas (que son anti-liberales). Cuando estás en contra de que alguien tenga los mismos derechos que vos, estás en contra de su libertad. Pintala como quieras.
  5. Su abandono de los valores de la Ilustración. El liberalismo fue contemporáneo y también participante de la Ilustración, con su énfasis en la razón, el empirismo y la ciencia (*). Hoy es posible encontrar liberales que son al mismo tiempo negacionistas del cambio climático, terraplanistas, y creyentes en las más locas teorías de la conspiración. O sea, liberales anti-evidencia, liberales partidarios de la "post-verdad". ¿Qué pasó? Los liberales sufren las consecuencias de la decadencia civilizatoria como cualquier otra corriente político-intelectual. Desde sus orígenes hasta su presente se puede rastrear una renuncia a hablar de ideas y a escuchar a intelectuales formados. Quienes hoy se llaman liberales habrán dado like y compartido alguna placa con frases de Ayn Rand pero, ¿leer uno de sus libros? Leer libros y debatir racionalmente era algo que hacían los liberales de antes. Esta gente idolatra a un payaso mediático como Javier Milei en Argentina. Forman parte del culto a las celebridades multimillonarias como Elon Musk. Este corrimiento del foco de las ideas a las personas es una señal de decadencia y los liberales "boomers" lo saben.
  6. Su alejamiento de la ciencia. Después de la crítica que Marx hizo de la economía política de Adam Smith y David Ricardo, los librecambistas posteriores decidieron alejar a la teoría económica de cualquier esfuerzo científico por comprender la realidad socio-económica. Convirtieron a la disciplina económica en algo más parecido a una religión, con axiomas que hay que repetir sin cuestionar. Así surgen la teoría subjetiva del valor y las doctrinas económicas ahistóricas basadas en robinsonadas ("si dos personas están en una isla..."). Desde que la economía política original y su crítica marxista dieron tantos puntos a la crítica del capitalismo y del librecambismo, los liberales renegaron de Smith y de Ricardo (salvo para frases cortas que les sean políticamente útiles). Esto se completó con una alienación cada vez mayor de la disciplina económica de las ciencias físicas y naturales. Y así tenemos gente que todavía sigue promoviendo el crecimiento económico indefinido en un planeta con recursos limitados (y en declive).
  7. Son totalmente hipócritas cuando hablan de meritocracia. Si estos liberales estuvieran a favor de la meritocracia entonces estarían a favor de la igualdad de oportunidades. Sólo cuando hay igualdad de oportunidades se pueden atribuir los logros de cada individuo a sus méritos. Si la gente que sufre discriminación social tiene que trabajar el doble de duro para lograr lo mismo que otra gente, ¿eso es meritocracia? ¿Qué talentos y capacidades nos estamos perdiendo como sociedad por culpa de las discriminaciones, el nepotismo y los favoritismos dentro del mismo círculo social? El capitalismo es cualquier caso menos meritocrático. Un buen empleado nunca llega a dirigir la empresa por más mérito que haga y por más leal que sea. Los dueños ponen en los puestos directivos a sus socios, familiares, amigos o gente recomendada por ellos. "Tienen derecho a hacer eso porque es su empresa". Ok, pero reconocé que no es meritocrático. La meritocracia es la publicidad engañosa del capitalismo y algunos liberales son lo suficientemente tontos como para creérsela. Otros liberales son partidarios cínicos de la meritocracia porque se dan cuenta que es una buena cortina de humo y un recurso útil para llevar la discusión con progres e izquierdistas hacia donde les conviene(**). No son meritócratas.
  8. Libertarios en serio son los anarquistas. Los anarquistas y los socialistas libertarios son los anti-Estado en serio. Aún más que ese engendro llamado "anarco-capitalistas". Los liberales que tratan de usurpar las banderas libertarias del anarquismo ya han sido muy bien criticados por los anarquistas. Su defensa fanática de la propiedad privada, que es un Estado en sí mismo, ya les descalifica como defensores de la libertad. La sociedad liberal requiere que exista un Estado con fuerte poder represivo para garantizar que la propiedad privada esté por encima del derecho a la vida sea de una persona o de millones. Incluso de la propia supervivencia de la especie.
  9. La vulnerabilidad de los liberales a la infiltración fascista. Ya se mencionó que los liberales/conservadores terminan aliados a los fascistas en su militancia contra las medidas de igualdad social. Pero hay otro peligro más. Así como los liberales pueden usurpar la palabra "libertario" del anarquismo, los fascistas también pueden utilizar el discurso del libre mercado como mascarón de proa para su agenda de contra-reformas. Los fascistas son violentamente antiliberales, casi tanto como son anticomunistas. Su doctrina, expresada suscintamente por Mussolini, es: "Todo en el Estado/Nada fuera del Estado/Nada contra el Estado". Mirá a tu costado, liberal honesto, vos que sí leíste a algún autor liberal y que sinceramente creés que el libre mercado trae prosperidad y libertad positiva para las mayorías. ¿Estás seguro que ese youtuber al que seguís es liberal? Cuando un influencer "liberal" dedica más tiempo a las guerras culturales contra la izquierda que a una agenda económica, ese es un criptofascista. Cuidado.
  10. Sobre la palabra "libertario". Por último, este breve video de 2 minutos de Murray Bookchin explicando el origen de la palabra "libertario" y cómo fue usurpada por los "propietarianos" en EEUU.

Notas al pie

(*) Obviamente (por si hay un progre leyendo esto), esa Ilustración sirvió de soporte intelectual y moral para las políticas colonialistas, esclavistas y genocidas que Europa occidental llevó a todos los continentes, aprovechando su superioridad tecnológica y económica. Pero es harto sabido que los valores de la Ilustración tienen un costado universalista, de libertad e igualdad para todos los seres humanos, que fue el recuperado y puesto en primer plano por movimientos como el socialismo, el feminismo, el antiesclavismo y el anticolonialismo.

(**) "¡Ustedes están en contra del mérito!" es una de las calumnias favoritas del liberalismo. Y a partir de esa fantasía arman cadenas con historias ficticias cuya moraleja es "el socialismo es malo".

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