Reflexiones de un laburante argentino

La ciudad, en cambio, “ha nacido para dominar. Cerrada entre sus muros, que excluyen al resto del mundo y ven con absoluta indiferencia cómo éste sufre y muere, los ciudadanos consumen, despilfarran, se atontan borrachos, mandan sus milicias para que se entreguen a vejaciones y saqueen el campo. Y esperan, inconscientes y bebidos, la próxima peste que los exterminará. Siempre ha sido así. En la antigüedad, en la edad media, en la época moderna. Sólo que ahora la ciudad domina el mundo entero, y la próxima peste podría ser la última.” Sonia Savioli citada en El decrecimiento explicado con sencillez , de Carlos Taibo

  Por qué nos tienen que importar los bosques nativos Rubén Tala La crisis ambiental como crisis civilizatoria La civilización capitalista industrial, especialmente desde el uso intensivo de los combustibles fósiles, ha transformado la manera en que los seres humanos experimentamos nuestra relación con el planeta. Las anteriores civilizaciones dominadoras, al depender del dominio sobre la tierra y del control de seres humanos y animales como fuerza de trabajo y vectores de energía, seguían siendo fundamentalmente sociedades agrarias. Gran parte de la población debía dedicarse a la agricultura y su trabajo cotidiano con la tierra le recordaba que dependía de los ciclos naturales para sobrevivir [i] . Esto cambió a partir de la revolución industrial y la hegemonía del capitalismo. El flujo constante de energía que aportaron los combustibles fósiles (empezando por el carbón) + la transición de una sociedad agraria a una sociedad urbano-céntrica e industrial desconectaron a gran parte de l

Salvo bellas excepciones (que ilusionan), cuando la gente se moviliza masivamente suele hacerlo contra sus intereses como individuos y como grupo. La ideología revolucionaria, que tiene fe en la emancipación de estas masas, debe sortear mil obstáculos o dar un montón de rodeos para explicar por qué una minoría puede dominar, y tan eficientemente, a una mayoría. Alienación, hegemonía, violencia simbólica... hay sofisticadas herramientas teóricas que, valiosas y todo, siempre encuentran alguna manera de victimizar a la gente y culpar a algo abstracto como "el sistema". La fe extra-teórica (pre-teórica) de la gente revolucionaria es que, algún día, las masas se librarán del yugo de la opresión y se convertirán en seres humanos libres. Después están los populismos que directamente dicen que las masas son sabias e inteligentes, que cuando ponen encima suyo a un caudillo están haciendo lo que está bien, que ese es un verdadero ejercicio de libertad. Este populismo critica a las &qu

  No vivimos en una sociedad democrática. Vivimos en una república, que no es lo mismo que una democracia. La diferencia entre república y monarquía es la división de poderes y que quienes ocupan los cargos principales en dos de esos poderes son elegidos por voto. Ahora, originalmente no estaba pensado que pudiera votar todo el pueblo mayor de edad. El voto era un derecho exclusivo de las clases propietarias. Hubo que luchar para que voten las clases no propietarias... los varones. Después hubo que luchar una vez más para que voten las mujeres. El sufragio universal es el único momento democrático de la república. Y cosas como el presupuesto participativo, el plebiscito y la iniciativa popular (cuando se cumplen). En una democracia cada comunidad (municipio, comuna, aldea) decide de manera autónoma y asamblearia el cómo organizarse. No habría representantes atornillados en su puesto por 4 o más años cobrando sueldos privilegiados y haciendo lo que quieren sin control. La asamblea de la

Al peronismo de clase media le encantan que existan las villas. Es el contexto perfecto para el clientelismo que asegura votos para el PJ y les permite creerse parte de un "pueblo peronista". Además les da una oportunidad de ir a hacer asistencialismo para lavar culpas y para tener el argumento de que "meten los pies en el barro".

 

 

El principio cristiano "no juzguen que serán juzgados" tiene bastante fuerza en gente laica e incluso en gente declaradamente atea. Juzgar es pesar. Vivimos en sociedad. Juzgamos y somos juzgados todo el tiempo. No en el sentido del poder judicial, no en el sentido del juicio mediático. Pero juzgamos. ¿Qué es eso de "yo no soy quién para juzgar"? Sos humano, vivís en sociedad.

  El contexto histórico es para comprender, no para justificar

Cuando desde el nacionalismo latinoamericano, su versión de izquierda el antiimperialismo y su versión progre-posmo el decolonialismo tienen algo de tiempo libre, se ponen a buscar confrontación con teorías generadas en el hemisferio norte. Ya que según el complejo de inferioridad que tienen, si una teoría fue hecha en EEUU tiene el poder de colonizarnos y lo único que queda es rechazarla, negarla totalmente, etc. Nunca evaluar a ver qué tiene de útil y tomar eso y descartar lo demás. Eso es impensado para esta gente y además le quita épica a su "lucha".

Una de las mayores fortalezas del peronismo es ser hegemónico y apropiarse de lugares de habla subalternos. Políticamente son burgueses y se apropian del lugar de habla villero (perdón, "barrios populares"). El peronismo es alto patriarcal y chupacirios y se apropia de lugares de habla feministas, incluso del feminismo interseccional. Cierto progresismo y cierta izquierda interpretan esto como que el peronismo es contradictorio y que tiene un ala izquierda que puede pasar a ser la hegemónica si se le mejora "la correlación de fuerzas". Y ahí dedican sus vidas a cambiar al peronismo desde adentro (el PC, Ofelia) o a correrlo por izquierda (la mayoría del troskismo). En los 70 hasta se manejaba la teoría falopa de que había lucha de clases dentro del peronismo. El chamuyo sobre la amplitud del peronismo es su más exitosa estrategia de cooptación.