El marxismo-leninismo es fascismo pintado de rojo


Los nueve puntos que se leen hacia el final son la última parte del texto La lucha contra el fascismo empieza con la lucha contra el bolchevismo. Escrito en 1939 por el revolucionario alemán Otto Rühle, contiene una de las posiciones más maduras del comunismo de consejos en cuanto a caracterización del bolchevismo se refiere, y del peligro que significa(ba) el "marxismo-leninismo" (la versión internacional del bolchevismo ruso) tanto para la clase obrera como para la humanidad en general.

Hay gente que dirá: "¿vale la pena, a esta altura de la historia, pegarle al marxismo-leninismo? Las sectas marxistas-leninistas son marginales."

Mi respuesta es que sí, porque las situaciones históricas pueden cambiar. Miremos Venezuela. La izquierda marxista-leninista latinoamericana ha hecho su aporte, sea mediante apoyo obsecuente o apoyo crítico, para que el chavismo se consolide en el poder en Venezuela. Y esto ha resultado en el colapso de dicha sociedad, con millones de exiliados políticos y económicos.

Con el colapso civilizatorio que se nos viene, sea detonado por el cambio climático o la crisis energética (una introducción aquí), gran parte de los Estados-nación vivirán algo parecido a lo de Venezuela. Se convertirán en lo que hoy se llama "Estados fallidos" y los partidos tradicionales que los gobernaron perderán hegemonía. Ese caos creará espacio para la actividad política de partidos que ayer eran marginales.

Quienes no queramos vivir en sociedades totalitarias necesitamos inyectarnos anticuerpos contra los totalitarismos, sean de derecha o de izquierda. Quienes quieren una sociedad socialista necesitan diferenciar socialismo de capitalismo de Estado. Quienes repudian los crímenes de Stalin necesitan saber que Stalin tuvo a quién salir. El stalinismo fue el bolchevismo con esteroides. El marxismo-leninismo fue y es una receta para construir una dictadura de partido único en nombre de la emancipación de la clase obrera.

Les dejo con Otto Rühle.


Retrato de Otto Rühle por Diego Rivera

1. El bolchevismo es una doctrina nacionalista. Original y esencialmente concebido para resolver un problema nacional, posteriormente fue elevado a teoría y práctica de alcance internacional y a doctrina general. Su carácter nacionalista también sale a la luz en su posición sobre la lucha por la independencia nacional de las naciones oprimidas.

2. El bolchevismo es un sistema autoritario. La cima de la pirámide social es el punto más importante y determinante. La autoridad se realiza en la persona todopoderosa. En el mito del líder, el ideal de personalidad burguesa celebra sus mayores triunfos.

3. Organizacionalmente, el bolchevismo es muy centralista. El comité central tiene la responsabilidad de toda iniciativa, liderazgo, instrucción, órdenes. Como en el estado burgués, los miembros dirigentes de la organización desempeñan el papel de la burguesía; el único papel de los trabajadores es obedecer.

4. El bolchevismo representa una militancia por el poder. Interesado exclusivamente en el poder político, no se diferencia de las formas de gobierno en el sentido burgués tradicional. Incluso en la propia organización no hay autodeterminación por parte de los miembros. El ejército sirve al partido como el gran ejemplo de organización.

5. El bolchevismo es dictadura. A través de la fuerza bruta y de medidas terroristas, dirige todas sus funciones hacia la supresión de todas las instituciones y opiniones no bolcheviques. Su “dictadura del proletariado” es la dictadura de una burocracia o de una sola persona.

6. El bolchevismo es un método mecanicista. Aspira a la coordinación automática, la conformidad técnicamente asegurada y el totalitarismo más eficiente como meta del orden social. La economía centralista “planificada” confunde conscientemente a los problemas técnico-organizativos con cuestiones socio-económicas.

7. La estructura social del bolchevismo es de naturaleza burguesa. No suprime el sistema salarial y rechaza la autodeterminación proletaria sobre los productos del trabajo. Con ello permanece fundamentalmente dentro del marco de clase del orden social burgués. El capitalismo se perpetúa.

8. El bolchevismo es un elemento revolucionario sólo en el marco de la revolución burguesa. Al ser incapaz de realizar el sistema soviético, también es incapaz de transformar esencialmente la estructura de la sociedad burguesa y su economía. No establece el socialismo sino el capitalismo de estado.

9. El bolchevismo no es un puente que conduzca a la sociedad socialista. Sin el sistema soviético, sin la revolución radical total de las personas y las cosas, no puede cumplir la más esencial de todas las demandas socialistas, que es acabar con la autoalienación humana capitalista. Representa la última etapa de la sociedad burguesa y no el primer paso hacia una nueva sociedad.

Estos nueve puntos representan una oposición infranqueable entre bolchevismo y socialismo. Demuestran con toda la claridad necesaria el carácter burgués del movimiento bolchevique y su estrecha relación con el fascismo. Nacionalismo, autoritarismo, centralismo, dictadura de líderes, políticas de poder, gobierno a través del terror, dinámica mecanicista, incapacidad para socializar, todas estas características esenciales del fascismo existían y existen en el bolchevismo. El fascismo es simplemente una copia del bolchevismo. Por eso la lucha contra uno debe comenzar con la lucha contra el otro.

La lucha contra el fascismo empieza con la lucha contra el bolchevismo

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