¡Escuchen, activistas climáticos!

Una carta dirigida a activistas climáticos.

El declive energético y de recursos lo cambia todo

El activismo climático es una lucha para lograr que los gobiernos se hagan cargo de solucionar la emergencia climática. Creo que luego de unas décadas de experiencia podemos concluir que las élites de esta civilización no quieren ni pueden solucionar la emergencia climática: están atrapados ideológicamente, cognitivamente y por miles de incentivos en la economía del crecimiento infinito.

Se ha especulado con la idea de crear un organismo supranacional al que se encargue de solucionar la emergencia climática. Esto exigiría que cada Estado-nación renuncie voluntariamente a una porción de su soberanía. Seguramente algunos lo harían, sobre todo los más castigados por las sequías o la suba del nivel del mar. ¿Pero EEUU? ¿China? ¿La Rusia de Putin? Esto es políticamente inviable.

La mayoría de soluciones tecnológicas que los activistas climáticos tienen en mente, como la transición a las energías renovables industriales, presuponen una gran disponibilidad de energía y de recursos. No toman en cuenta la disponibilidad de muchos de los materiales necesarios (energéticos y otros minerales), que ya pasaron su pico de producción y tienen cuellos de botella. Como argumenta Antonio Turiel tanto en su blog como en su libro Petrocalipsis (producto de años de investigación), e incluso en su comparecencia ante el senado español, los días del petróleo barato se están acabando y esto tiene implicaciones profundas para nuestra civilización industrial, incluyendo a las políticas climáticas(1).

Necesitamos que la energía y los recursos de los que aun disponemos se empleen en una transición ecosocial post-fósil. Este es un proyecto que es incompatible tanto con el "business as usual" como con el "crecimiento verde". Pero para que esta transición siquiera pueda ser evaluada como alternativa válida, necesitamos no sólo asimilar la crisis energética y de recursos, sino reconocer y cambiar nuestro modelo cognitivo, que es el propio de la era del crecimiento.

El activismo climático comparte el mismo modelo cognitivo que sus enemigos

La noción de que los problemas complejos se solucionan con un incremento de complejidad se desarrolló durante estos casi 3 siglos de crecimiento energético y material. La revolución industrial impulsada por el carbón primero y por el petróleo después llevó a una abundancia inédita de energía y de recursos, ya que se multiplicó la capacidad de extraer, procesar y distribuir a los segundos. Pero el declive energético en el que ya estamos vuelve muy peligroso seguir pensando de la misma manera en que pensamos durante la época del ascenso energético. Necesitamos soluciones que puedan funcionar en un marco de escasez energética y de recursos.

Estos problemas no pueden solucionarse desde el mismo marco cognitivo en el cual se han producido. Me refiero al marco propio del crecimiento material y de la complejidad. ¿Cómo se han solucionado los problemas del crecimiento? Pues con más crecimiento. ¿Cómo se han solucionado los problemas de la complejidad? Pues con más complejidad.  

¿Todo esto significa abandonar cualquier activismo dirigido a soluciones colectivas y caer en el preparacionismo/survivalism(2)? ¡No! Significa que necesitamos cambiar de enfoque. Fortalecer las tendencias hacia la simplificación y reemplazar el actual marco cognitivo del crecimiento por uno propio del decrecimiento.

Pensar global, actual local

Necesitamos discutir abiertamente una alternativa eco-libertaria a esta sociedad. Tanto contra el ecofascismo como contra el "sálvese quien pueda", necesitamos generar y apoyar alternativas basadas en el "salvémonos juntos". Necesitamos una transición eco-social de nuestras infraestructuras básicas y de nuestro modo de vida. Necesitamos capitalizar las experiencias de las ecoaldeas y de las comunidades indígenas que tengamos cerca. La permacultura, hoy un modo de vida minoritario y casi una elección ideológica, será una cuestión de supervivencia y pragmatismo. Necesitamos idear nuevos sistemas políticos y de apoyo mutuo que puedan seguir funcionando en distintas etapas del colapso civilizatorio (el financiero, el comercial, el del Estado). Para imaginar sistemas políticos alternativos al Estado nos puede ayudar la lectura del municipalismo libertario, el confederalismo democrático, la experiencia zapatista. Yo mismo he desarrollado un modelo de gobierno de una ciudad mediante asambleas vecinales. ¿Cuánto de esto es aplicable aquí y ahora? Dependerá del contexto. Pero como mínimo es necesario ir enriqueciendo nuestros imaginarios sociales y luchar contra el imaginario distópico que quieren imponernos desde la cultura hegemónica, para el cual el fin del capitalismo será el fin del mundo. 

Necesitamos redirigir nuestros esfuerzos al nivel local. El poder político municipal es más cercano y débil que un Estado-nación, tanto para el combate contra proyectos ecocidas como para la lucha por proyectos positivos de nuestra parte. ¿Cuál es la transición que nuestra localidad necesita? ¿Cuál es el mayor desafío de nuestra localidad? ¿Cuál es su densidad poblacional, su provisión de agua, su provisión de alimentos? ¿Cómo mantenemos los servicios públicos en un contexto de escasez de insumos? ¿En qué áreas nos falta más resiliencia? Aquí podemos capitalizar la experiencia del movimiento Ciudades en Transición y lo que podamos aprender sobre las políticas públicas como el mapa de riesgos.

Es imposible hacer todo solo y que todos hagan todo. Es una obviedad, pero siento que hace falta decirlo. El listado de todo lo que necesitamos hacer puede ser abrumador, pero hay que recordar que esto es un esfuerzo colectivo. Por una cuestión de energía, tiempo, habilidades y preferencias habrá personas que pueden comprometerse con un solo proyecto, y eso está bien. Otras personas generarán otros proyectos. Otras personas buscarán la manera de crear sinergia y cooperación entre distintos proyectos. Habrá una división del trabajo espontánea.

En síntesis

Haciendo un paralelismo de nuestra civilización con el Titanic, el activismo climático viene actuando como un sector de los pasajeros que ya avistó el iceberg y le está exigiendo a la tripulación que gire para evitar el choque.

Pero la realidad es que el impacto con el iceberg ya sucedió. El estudio de la huella ecológica indica que desde los años 70 que la humanidad viene consumiendo recursos naturales a un ritmo mayor del que el planeta puede reponerlos. Cada año nos venimos pasando más de nuestro presupuesto ecológico.

www.overshootday.org

En cuanto a la emergencia climática, los pronósticos públicos del IPCC son más moderados de los que deberían ser, lo cual está causando que varios científicos estén pasando a la acción activista para advertir al público de lo grave de la situación (ver aquí). Sumado a esto, el petróleo convencional, la sangre de esta civilización industrial, ya pasó su pico de producción en el año 2005.

El Titanic ya chocó con el iceberg. Esta civilización va a colapsar, como ya pasó con decenas de civilizaciones pasadas. La aceptación de este colapso es en sí misma un gran desafío no solo intelectual sino emocional. No podemos reparar al barco para evitar que se hunda, pero sí podemos aprovechar el tiempo para construir más y mejores botes para salvar a la mayor cantidad posible de vidas (humanas y no humanas). Y asegurarnos de aprender la lección para la próxima: no se puede crecer infinitamente en un planeta finito.

Necesitamos la energía del activismo climático para esta tarea.

Apéndice: la agroecología urbana

La crisis climática y energética desatarán otra aún peor que hará imposible que podamos solucionar cualquier otra cosa. Me refiero a una crisis alimentaria. 

La crisis alimentaria que derivó de la invasión de Ucrania es sólo un anticipo de lo que se viene. Los países y regiones dependientes de alimentos importados son las más vulnerables y diversos motivos pueden reducir la exportación en los países productores: bajo rendimiento de los cultivos por cuestiones climáticas o falta de fertilizantes industriales (otro insumo producido con petróleo o gas natural). Incluso la escasez de diesel para sostener la infraestructura del comercio internacional puede ser un factor. Esto hará que los alimentos encarezcan primero y escaseen después. 

Necesitamos pensar: ¿Qué proporción del alimento que consume nuestra ciudad se produce localmente? Si tuviéramos que producir todo o la mayoría de nuestro alimento, ¿cuántas hectáreas de tierra cultivable y agua apta para riego necesitamos?(3) 

Ante la próxima crisis alimentaria generalizada, un sector agroecológico local y regional no solo nos hará más resilientes ante quiebras en las cadenas de suministro, sino que también reducirá las emisiones y el gasto energético de los alimentos que consumimos. 

Lo óptimo sería persuadir al gobierno local para que destine recursos a crear este sector, lo cual además diversificaría la economía y reduciría el desempleo. Si esto todavía no es posible, empezar con huertas comunitarias o huertas familiares, considerándolo un entrenamiento. Empezar a producir parte de lo que consumimos nos introducirá a las dificultades de la autogestión y cómo podrían mejorarse en un marco de colaboración más amplia.

Notas

(1) El Green New Deal propuesto en EEUU y en Europa presupone la disponibilidad de grandes cantidades de materias primas y de toda la logística para extraerlas y trasladarlas a los complejos industriales. Con la estructura todavía colonial del orden geopolítico, sabemos que las poblaciones de los países del Sur global donde se encuentran estos recursos estaríamos costeando con nuestros pasivos ambientales a las turbinas eólicas, placas solares, y vehículos eléctricos que beneficiarán (por unas pocas décadas, además) a los países del Norte global. Esto no solo no resolverá la emergencia climática, sino que será un gran derroche de energía y de recursos. El Green New Deal es tan enemigo nuestro como el Business as Usual.

(2) El preparacionismo, ya sea de ricos o de pobres, se basa en la idea irracional de que individuos o grupos pueden sobrevivir a la caída de una civilización alrededor suyo si se aislan y fortifican lo suficiente. El preparacionismo también es un ejemplo de la bancarrota del actual marco cognitivo. El único "preparacionismo" que tiene sentido es a nivel comunitario: construir comunidades resilientes.

(3) Señales de que hay Estados considerando seriamente esta futura crisis alimentaria: la compra de tierras fértiles por China y otros países y el control militar de reservas de agua potable por EEUU.

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