El coraje no lo es todo. La obsesión con "los huevos".

Una gran enfermedad en el "campo popular" argentino es la obsesión con "los huevos".

Si alguien "tuvo huevos" contra la dictadura, contra milicos, contra policías... entonces no se lo puede criticar. Aunque haga una burrada grande como una casa. Aunque haga una barbaridad. Aunque traicione la causa por la que peleaba. Aunque entregue gente a los verdugos. 

"Él/ella tuvo huevos. ¿Vos qué hiciste?

Así defendieron muchos a la traidora Hebe de Bonafini, porque enfrentó la represión en numerosas ocasiones. Pero no sólo lo escuché respecto a ella. Lo escuché en defensa de Santucho y el PRT, del Che Guevara, de los bolcheviques. Hasta de Seineldín, porque "en Malvinas se la jugó".

"Los huevos" no pueden ser más importantes que la decencia, la verdad, o incluso la eficacia política. 

Esta Iglesia de los Huevos es un cáncer de nuestra cultura. Tiene que ser localizado, aislado, y extirpado.

La Iglesia de los Huevos emigró del fútbol a la política

Para quien no conoce a la Argentina, el fútbol es muy importante aquí. Es el principal deporte nacional. El varón argentino suele invertir en el fútbol una pasión digna de mejores causas. Eso ha transformado al fútbol en una de las vacas sagradas de la Argentina. Algo que no se puede criticar. Sus críticos somos acusados de elitistas.

Les invito a googlear futbolización de la política y encontrarán varias reflexiones al respecto, porque este es un fenómeno reconocido desde hace décadas en la sociedad argentina.

En la Iglesia de los Huevos, se elogia a los jugadores de fútbol si "tienen huevos" para ir a disputar la pelota, para recibir un pelotazo, incluso para pelearse. Es una demostración de masculinidad bruta que, ante la Iglesia de los Huevos, es válida para sustituir al talento. Incluso jugadores talentosos que no demuestren "tener huevos" son mal mirados por la Iglesia, como lo fue Messi por un tiempo.

Cuando el varón futbolero argentino invierte su pasión en otras causas, traslada a ellas conductas aprendidas en la cultura futbolera. Entre ellas este culto imbécil a "los huevos".

Consecuencias del culto a "los huevos"

El culto a los huevos promueve que el coraje y la tenacidad nos importen más que la inteligencia y la decencia.

Para la Iglesia de los Huevos, la individualidad es vista como un privilegio que le corresponde a los "referentes". Los demás tenemos que ser tropa y quedarnos nuestra individualidad para nosotros mismos. Nos quieren brutos, nos quieren masa.

Alguien puede tener o haber tenido mucho coraje y equivocarse. O ser muy estúpido en general. O ser muy mala persona. Gracias al culto a "los huevos", es posible para gente de mierda usar su historial de coraje (real o ficticio) como capital político para defender sus posiciones y atacar otras posiciones que pueden ser más inteligentes o más justas.

El culto a "los huevos" nos embrutece, nos hace más manipulables. Convierte en "referentes" a gente que no es ni la más lúcida ni la más decente entre nosotros, y crea un escudo alrededor de esos "referentes" para que no sean criticados.

Es un culto anti-libertario y anti-igualitario. Y debe ser destruido.

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