Mario Roberto Santucho, el leninista



En un país (Argentina) donde la mayoría de la izquierda marxista está peronizada, el PRT-ERP y su conductor Mario Roberto Santucho, tienen cierto respeto en los sobrevivientes setentistas y en quienes llevan la antorcha del marxismo revolucionario.

Santucho dijo las verdades sobre Perón y el peronismo que los Montoneros no quisieron escuchar y que la izquierda entrista o seguidista de las bases peronistas consideraba "poco estratégico" decir(1). Sin embargo, si el PRT-ERP tuvo la virtud de no haber sido pusilánime con el peronismo, tuvo el vicio de haber sido leninista. 

Si el PRT-ERP ganaba la "guerra popular prolongada" por la que abogaba, hubiéramos tenido otra dictadura de partido único como la de Cuba, cuyo socialismo no sería otra cosa que capitalismo de Estado. Un régimen donde los laburantes seríamos explotados por un único patrón (el Estado "de los trabajadores") y el control social se ejercería por un omnipresente aparato represivo, incluyendo un aparato de vigilancia y delación sobre las acciones y el pensamiento de cada individuo, y por una propaganda única y permanente del Partido, igualándose a sí mismo con la revolución y con la patria.

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Los escritos de Santucho como Poder burgués y poder revolucionario dicen verdades valientes contra la burguesía argentina, contra el reformismo y contra el peronismo. Pero también son una mierda mesiánica donde el rol de la clase obrera tiene que ser subordinarse a la dirección del Partido Revolucionario que, una vez tome el poder del Estado, le llevará al socialismo. 

"El poder dual puede desarrollarse en el presente en nuestra patria tanto en la ciudad como en el campo, siempre sobre la base de una fuerza militar capaz de respaldar la movilización revolucionaria, y merced al despliegue multilateral de todas las potencialidades de nuestro pueblo, lo que significa necesariamente la dirección del Partido marxista-leninista proletario."

"Porque construir una fuerza militar como la que necesitamos, más aún en las condiciones de dominación capitalista y frente a un enemigo relativamente poderoso, es una tarea realizable pero difícil y compleja. (...) . Pero si bien es posible, requiere grandes sacrificios, enormes recursos y mucha destreza, requiere el aporte decidido de la clase obrera y el pueblo, la unificación de los esfuerzos revolucionarios, una correcta política de masas y una sabia línea militar de masas. En una palabra requiere la activa participación de amplios sectores de la clase obrera y el pueblo, el aporte de distintas corrientes populares y la firme dirección de un partido marxista-leninista de combate."

"...estamos ante la apertura de una situación revolucionaria en la cual la lucha por el poder comienza a ser posible. Hemos visto finalmente que el camino para avanzar hacia la conquista del poder por medio de la insurrección armada general del pueblo argentino, pasa por el desarrollo del poder dual, por el poder local en las zonas de guerrillas y zonas liberadas, por la unidad y movilización de todo el pueblo, por la construcción de un Frente Antiimperialista de masas, un poderoso ejército guerrillero y un sólido Partido Marxista-Leninista de combate, el Partido Revolucionario de los Trabajadores."

Y se pueden encontrar varias citas delirantes como estas.

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El proletariado revolucionario que el marxismo declaraba como imprescindible para la revolución comunista, existió sólo en momentos muy excepcionales de la historia. Y cuando lo hizo, fue el enemigo de los partidos que hablaban en su nombre. Del bolchevismo en Rusia, de la socialdemocracia en Alemania, y del Partido Comunista Ruso y sus satélites en Alemania Oriental de 1953, en Hungría en 1956, en Checoslovaquia en 1968. En todos esos momentos históricos existió y levantó cabeza un proletariado revolucionario, que luchó por una democracia soviética verdadera o al menos una reforma democrática de los regímenes "socialistas". Su enemigo fueron los "partidos revolucionarios" y los "Estados obreros".

Consistentemente, los partidos "de vanguardia" han intentado regimentar y controlar al proletariado revolucionario bajo sus ideologías fósiles y sus líneas políticas sectarias. Con su éxito o fracaso en hacer esto, contribuyeron a debilitar la misma causa por la que dijeron luchar: el socialismo. Si la causa del socialismo tiene todavía margen histórico, serán sin y contra las "vanguardias revolucionarias".

Mario Roberto Santucho murió heroicamente enfrentándose contra las fuerzas de la dictadura. Pero eso no nos tiene que hacer olvidar algo esencial para los laburantes: El bolchevismo es un fascismo rojo. La victoria de los Santucho hubiera tomado forma en otra dictadura, tan o más terrible que la de las Juntas. Es lo que nos dice la historia de todos los países "socialistas".

Notas

(1) La izquierda marxista que sobrevivió los 70 es heredera de ese diálogo anti-sincero con las "masas peronistas", y todavía hoy podemos ver su pusilanimidad teniendo una crítica para "la derecha" y otra para el peronismo. Cuando esta izquierda dice cosas como "el peronismo no sirve para combatir a la derecha" se está apoyando la gran mentira de que peronismo y derecha son cosas distintas. Cuando el peronismo es la derecha más rancia de la Argentina.

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