El peronismo no es de izquierda ni progresista, pero tenés razones para pensarlo

Stephen, uno de los personajes más despreciables del cine

Empezar diciendo que me identifico como antiperonista y que pueden verlo en los varios posteos sobre el peronismo en este blog. Este artículo está dirigido a otros antiperonistas que identifican al peronismo con la izquierda y/o el progresismo.

El peronismo y el progresismo argentino: el chongo y la tóxica

El progre argentino se ha convertido en la perra del peronismo por culpa desde 1955. Pero especialmente en las dos últimas décadas, ha podido justificarlo en términos un poco menos humillantes por los gestos redistributivos y setentistas del kirchnerismo. 

A esto hay que sumarle el hecho de que las generaciones adultas jóvenes de hoy, que son por supuesto más progresistas en varios asuntos que sus m/padres, no conocieron algo mejor que el kirchnerismo y son altamente analfabetas en historia argentina (incluso la reciente, como el menemismo). 

La preocupación por lo manipulables que son los fans adolescentes/veinteañeros de Milei es legítima, pero pierde fuerza cuando viene de esta gente de treintipico o incluso cuarentona que compró el relato de dos menemistas reciclados que a partir del 2003 se convirtieron en héroes antineoliberales y de los DDHH.

Lo anterior toma cuenta de la clase media K, que es solo una de las bases de apoyo del peronismo. Sabemos de dónde viene el resto: población cautiva a través de los planes, de empleo estatal, y de otras prebendas que le permiten sobrevivir. Mientras una gran parte de la población en edad laboral siga siendo excluida del mercado laboral formal, habrá peronismo para rato.

La izquierda bolche argentina: entre el alcahuete y el parásito come-sobras

El progresismo argentino puede ser casi excusado de su falta de independencia de clase respecto al peronismo por su origen clasemediero y académico. Su percepción de que peronismo y popular son lo mismo vienen a través de su "señora que trabaja en casa" y algún pariente ex-militante. La izquierda marxista-leninista no tiene esta excusa, porque ha tenido que pasar por la experiencia de antagonizar con la burocracia sindical y la estupidez de las bases peronistas en el movimiento obrero. Similar con los punteros y la gente de los barrios marginados, si tiene militancia territorial. 

Sin embargo, gran parte de la izquierda ex-stalinista no solo apoya sino que es aliada política del peronismo. Pero aliada en una posición totalmente subordinada y miserable. Si pensabas que la estupidez de la clase media K daba asco, la defensa doctrinaria del kirchnerismo que hacen los cuadros stalinistas argentinos es un nuevo sótano de la dignidad humana. El personaje Stephen de Django Unchained es muy ilustrativo. Y tiene total sentido que sean los ex stalinistas los más fervientes house negros del kirchnerismo. Esta gente ya pasó por una escuela política dedicada a defender al fascismo rojo de la URSS, cuyos crímenes contra la humanidad harían avergonzar a Astiz y otros verdugos de la última dictadura argentina.

En cuanto al troskismo, es la otra rama del marxismo-leninismo argentino que tiene otro tipo de relación con el peronismo. Su "independencia" se reduce a correr al PJ por izquierda con consignas nacionalistas, estatistas y laboristas que tienen más que ver con las banderas clásicas del peronismo que con el socialismo. Hasta usan el mismo lenguaje nacional-populista para querer romper el vínculo entre la clase política peronista y el votante/militante peronista. También promueven la idea de que existe una derecha "gorila" más peligrosa para el pueblo que el peronismo. En este esquema, el peronismo sería algo así como un centro reformista inconsecuente, un dique que hay que superar para pelear contra el "verdadero enemigo". Desde esta estrategia "inteligente", la oposición frontal al peronismo queda descartada como "funcional a la derecha". Aquí elaboro más en detalle sobre este punto.

La razón por la cual la izquierda troskista se comporta así pudiendo hacerlo de otra manera es que esta línea política le permite obtener los suficientes votos peronistas (incluso mediante corte de boleta, incluso recurriendo a la lástima) para realizar su ambición de poder: conseguir unas pocas bancas parlamentarias. Eso es todo, no hay más misterio. Es un parásito que sobrevive comiendo las sobras del peronismo.

No existe en Argentina una izquierda marxista-leninista con verdadera ambición de poder, y eso es bueno para quienes somos antifascistas (el bolchevismo es fascismo rojo). Sólo existe una secta bolche con un muy buen trabajo de historiografía y crítica política antiperonista. Pero su marginalidad no logra cambiar la imagen general de la izquierda.

Terminando

La actitud que el progresismo y la izquierda tienen respecto al peronismo es servil o por lo menos funcional.

Considero que esta es una razón equivocada para decir que el peronismo es progresista o de izquierda, pero entiendo a quienes lo hacen. Sin embargo el análisis histórico del peronismo lo identifica con el fascismo, la defensa a ultranza del orden capitalista, y el establecimiento y desarrollo del neoliberalismo en el país. Todas cosas que son anti-izquierdistas y anti-progresistas. Si mañana se desarrollaran un progresismo y una izquierda consecuentes en la Argentina, tendrían que ser antiperonistas.

Estoy de acuerdo con oponerse al peronismo, a la izquierda bolche, y al progresismo. Pero no en identificarlos como si fueran lo mismo.

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