Conservadores, reaccionarios y fascistas

Doy mis definiciones para conservador, reaccionario y fascista con el objetivo de aportar claridad política y proponer un debate sobre estrategia del cambio social.

Quiénes son y qué quieren los fascistas

Doy una definición general y enumero algunas de las características del fascismo histórico aquí. En lo que sigue, hablo del fascismo actual en su interacción con otras tendencias políticas contemporáneas.

El fascismo es una tendencia política que podríamos llamar revolucionaria pero por derecha. Eso quiere decir que las personas de derecha, que generalmente son sólo conservadoras, son demasiado tibias para un fascista. Es útil pensar en los fascistas como revolucionarios porque se les aplica el calificativo de radicalizados y extremistas, y además quieren subvertir el actual orden social.

El fascismo busca llegar a una sociedad donde se restablezcan las relaciones patriarcales tradicionales en la familia y en la vida pública. También busca una relación bien jerárquica entre la sociedad civil y el Estado, con una reversión de los avances parciales de la Modernidad en cuanto a derechos cívicos e individuales. Como dijo Mussolini, fundador del fascismo italiano: "todo dentro del Estado, nada fuera del Estado, nada en contra del Estado".

Mientras exista el sistema capitalista-estatal, el fascismo será una de las corrientes políticas y sociales existentes en la población. De acuerdo al nivel de antifascismo de la sociedad, tendrá una existencia más o menos sumergida, pero existirá.

Conservadores y reaccionarios

El progre e izquierdista promedio, por lo menos en la Argentina, usa la palabra fascista muy livianamente(1). Hay que tener claro que no todas las personas de derecha son fascistas. Los fascistas son un grupo bastante más reducido y militante. En lo que sigue voy a emplear diferentes actitudes ante el movimiento feminista y el LGBT porque son estos dos ejes los importantes para la Argentina(2).

Gran parte de las personas que siguen siendo machistas/homofóbicas en su núcleo, son demasiado individualistas para otra postura que el "mientras no me afecte a mí...". Estas personas pueden tolerar las políticas públicas y el ambiente cultural logrado por las luchas del movimiento feminista y el movimiento LGBT, pero no apoyarán nuevas reformas más avanzadas. Yo llamo a estas personas conservadoras porque básicamente quieren que las cosas se queden como están.

Después están las personas en contra de las actuales políticas y el actual ambiente, que son menos individualistas y por lo tanto más involucradas políticamente. La tribu del "ahora no se puede decir nada" y "van contra la naturaleza". Estas personas quieren desmantelar las reformas jurídicas y culturales de los últimos tiempos y volver algunas décadas para atrás, donde las mujeres eran ciudadanas de segunda y donde la gente LGBT tenía que quedarse en el closet o resignarse a ser únicamente visible como fetiche sexual, ejemplo de degeneración u objeto de burla. A estas personas las llamo reaccionarias, porque están disconformes con el actual estado de cosas y son partidarias de contra-reformas.

El fascismo es el siguiente peldaño de la reacción

La gente reaccionaria, disconforme por derecha con el actual estado de cosas, no es todavía fascista, pero sí está más cercana a serlo que la gente conservadora. Los fascistas se sienten cómodos dentro de ese grupo. Ahí es donde reclutan. Muchos fascistas pertenecieron a ese grupo descontento antes de radicalizarse. Las siguientes diferencias entre reaccionarios y fascistas nos sirven para detectar a los segundos pero también para imaginar las diversas estrategias de reclutamiento del fascismo.

Los reaccionarios quieren volver a un pasado que ni siquiera existió, los fascistas saben que disputan el futuro. Los reaccionarios se limitan a desear algunas contra-reformas, los fascistas tienen una visión más clara de la sociedad a la que quieren llegar. Los reaccionarios sólo se oponen, los fascistas además proponen. Mientras la gente reaccionaria tiene quejas, el fascismo tiene una agenda. Mientras la gente reaccionaria se limita a expresarse en la mesa o en las redes sociales, la gente fascista, además de hacer eso, busca aglutinarse y formar una masa crítica. Mientras los reaccionarios actúan en base a valores, los fascistas actúan en base a objetivos. Mientras la gente reaccionaria se limita a estar irritada, la gente fascista es militante.

¿Por qué es importante hacer estas distinciones?

Para no cometer errores estúpidos. Alienar a conservadores acusándoles de fascistas o reaccionarios es un error frecuente tanto en la izquierda como en los movimientos sociales influidos por el progresismo. En el segundo caso ni siquiera es un error, sino que es parte de la agenda progre para debilitar a los movimientos sociales.

Es un regalo al fascismo acusar de fascista a gente que no lo es. Esta acusación, cuando es injusta, causa un resentimiento que puede ser capitalizado fácilmente por derecha. Empujando a gente conservadora a la reacción y a gente reaccionaria al fascismo.

Para proteger las reformas con las que estamos de acuerdo y poder avanzar a objetivos más ambiciosos, tenemos que mantener separados a conservadores de reaccionarios y tenemos que aislar lo más posible al fascismo, obligándole a seguir sumergido.

Esto significa, por ejemplo:
  • Responder a las estrategias contra-reformistas de una manera tal que seduzca a los conservadores por el lado de la comodidad. Resaltar la disrupción y las molestias que causarían las contra-reformas. Esto incluso puede lograr disuadir a reaccionarios y acercarles al campo conservador.
  • Todo el tiempo explotar las diferencias entre los mensajes reaccionarios y el sentido común (que es por naturaleza conservador).
  • Ante una reforma progresiva inminente, los reaccionarios y fascistas buscan sonar como conservadores y hacer causa común con ellos, pero hay momentos donde no pueden evitar distinguirse de los conservadores. Son esos momentos los que hay que aprovechar.
  • A los argumentos conservadores hay que responderlos con calma y respeto, con una lógica superior, con evidencia, los diga quien los diga. Esto significa haberlos pensado y discutido previamente, para estar preparados. Es esencial poder entender que la oposición a una reforma que creemos buena no solo puede tener origen en la maldad o el egoísmo. Puede incluso venir de gente que está cerca de apoyar la reforma pero tiene dudas sin resolver, o iba a dar ese paso pero fue disuadida a último momento por reaccionarios. La gente conservadora, que es la mayoría social, es el objeto de disputa de todas las fuerzas políticas activas. Renunciar a dialogar con ella no es una opción.
  • Los argumentos reaccionarios se van a distinguir de los conservadores por un alto grado de pánico moral y por su mayor irracionalidad. Por ejemplo cuando la reforma del matrimonio en Argentina se escuchaban preocupaciones honestas sobre la adopción de niñxs por parte de parejas del mismo sexo (cómo va a ser su educación, quién ejercería los roles maternos y paternos...) y también se escuchaban estupideces del tipo "después la gente se va a casar con sus perros". No es lo mismo el pánico moral cuando viene del odio que cuando viene del miedo. Cuando viene del miedo, hay que responderles casi como se respondería a una criatura que tiene miedo de la oscuridad, demostrándole con calma que no hay nada que temer. A los mensajes de odio hay que responderlos de manera distinta, con severidad e incluso con humor. Poder responder con humor a estupideces que nos indignan es un esfuerzo que vale la pena para nuestra propia madurez y también para aprender a ridiculizar a los reaccionarios, lo cual puede ser un arma más efectiva que hacerlos callar violentamente (y les quita la oportunidad de victimizarse). Hay que buscar la respuesta más efectiva para la situación(3).
  • A los mensajes fascistas es más difícil responderles a menos que sepamos que su emisor es fascista. Cuando están a la defensiva, los fascistas suelen camuflarse como conservadores o reaccionarios. Por lo tanto a sus argumentos conservadores y reaccionarios hay que responderles como está indicado arriba. Pero si sabemos que el emisor de ese mensaje es fascista, además hay que exponerlo. Resaltar todas las maneras en que esa persona u organización es diferente del común de la gente (alienarles de los conservadores), y de cómo disfraza su interés político de interés moral (alienarles de los reaccionarios).

Un caso concreto: la reforma del matrimonio en Argentina

En el 2010 Argentina reformó su código civil, en sus artículos relacionados al matrimonio, básicamente cambiando la expresión "un hombre y mujer" por "dos personas". Esto le dio acceso al matrimonio a las parejas del mismo sexo e incluso a las parejas donde uno o dos de sus miembros era una persona trans o que no se identificaba con los géneros masculino ni femenino.

Cuando la sociedad argentina debatía lo que luego se bautizó como "matrimonio igualitario", hubo inteligentes y exitosos argumentos sobre cómo esta reforma daría reconocimiento a familias que ya existían y en ese momento estaban en una situación legalmente precaria. O sea, esta reforma era pro-familia. También se decía que esta reforma fortalecería la institución del matrimonio y aumentaría la demanda de adopciones. Incluso se dio a entender que democratizaría la monogamia y el amor romántico, haciendo populares historias de amor entre dos mujeres ya ancianas (Norma y "Cachita") que ayudaron a sensibilizar al público indeciso o reacio.

Todos estos fueron argumentos amigables con la mayoría de la sociedad argentina (conservadora). Se presentó esta reforma como una ampliación de derechos que ya existían. Se garantizó, contra los berrinches de la Iglesia, que para la gente hetero (casada o por casarse) no habría ningún cambio real. De hecho hasta se priorizaban los argumentos de cómo esto iba a beneficiar a toda la sociedad y no solo a un grupo.

A los reaccionarios y fascistas les fue muy difícil oponerse a estos argumentos sin quedar como personas irracionales, llenas de odio, y atrasadas. O sea, personas con las que nadie querría asociarse.  De hecho esto fue lo que terminó pasando. La Iglesia Católica sufrió una gran derrota. Hubo católicos a favor de la reforma que se avergonzaron de la posición institucional y dieron apoyo a curas disidentes. Los chillidos reaccionarios sobre que esto era un ataque a la familia eran respondidos con un "pero esto es a favor de la familia, de todas las familias". Y cuando la reacción se vio obligada a responder "la familia tiene un papá y una mamá", quedaron en ridículo y perdieron a la mayoría de gente conservadora. Pues sabemos que las familias también son monoparentales, o que algunos niños son criados por sus abuelos, o que la familia es allí donde hay adultos criando niños. La familia, clásicamente una bandera de la reacción, era defendida de la reacción.

De manera que incluso personas homofóbicas terminaron apoyando o tolerando la reforma. Años después, es evidente que todas las sombrías predicciones de los chillidos reaccionarios no se cumplieron. El actual Papa católico, que en esos años convocó a una "guerra de dios", ahora es gay-friendly. Este sedimento de experiencia vino muy útil para la lucha por el aborto legal, en la que se obtuvo una victoria parcial.

¿A qué más podemos aplicarlo?

El método de análisis que utilizo es como los tipos ideales de Max Weber. La realidad es una película donde los colores suelen estar mezclados y tener muchísimos matices, pero es bueno saber los colores primarios y secundarios para orientarse.

La pérdida de popularidad de Javier Milei tras el traspié de la compraventa de órganos es un buen ejemplo de cómo un reaccionario puede ser alienado de los conservadores. El paradigma de la donación de órganos, en su momento una idea vanguardista, es hoy parte del sentido común y puede ser defendido con argumentos conservadores.

Pensemos: ¿Qué reforma progresiva ya alcanzada está actualmente bajo amenaza? ¿Qué reforma progresiva todavía no se ha logrado?

En cada caso: ¿cuáles son los argumentos conservadores y cuáles los argumentos reaccionarios? Conocerlos, hacer una lista, y pensar distintas respuestas para cada uno es el trabajo intelectual que hay que realizar.

Notas al pie

(1) Y no la usa para lo que debe usarla, como en el análisis del peronismo clásico.

(2) Si hablásemos de Europa el eje principal sería la inmigración.

(3) "Efectiva" no significa destruir al enemigo sino ganar a más gente de tu lado. La victoria más completa es persuadir a tu oponente, la segunda mejor es hacerle dudar, y la tercera es que él mantiene sus convicciones pero lograste persuadir a quienes simpatizaban con él. Obviamente no voy a pedirle a alguien victimizado por un discurso de odio que siempre haga el esfuerzo de tomarse el discurso de odio con humor. Pero otros sí pueden hacerlo. El cambio social es un proceso cooperativo donde puede haber una división del trabajo.

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