Bolchevismo vs pueblos indígenas: sobre la carta de RyR a los mapuche




Contexto

En Argentina hay un grupejo bolche llamado Razón y Revolución, con una producción intelectual interesante en cuanto análisis económico de la Argentina y crítica del peronismo. Pero en todo lo demás, comparte las estupideces de la izquierda marxista leninista de querer repetir el experimento bolchevique del partido revolucionario y del "Estado obrero".

En Argentina, así como en Chile, la etnia originaria mapuche (algunos de cuyos miembros se identifican como pueblo-nación), lucha contra el Estado por el derecho a la autodeterminación. Por vivir, dentro de lo posible, según sus pautas ancestrales que no son las del capitalismo ni las del Estado moderno. 

Para arrodillados de la modernidad como los marxistas-leninistas, este objetivo es una herejía, es algo "atrasado", "reaccionario". Parte de la izquierda M-L se guarda este juicio y "apoya" la lucha mapuche por oportunismo o por populista. Después están las sectas "principistas" como RyR, que no se guardan estos juicios y escriben cartas abiertas que pretenden ser el inicio de un diálogo o debate respetuoso, cuando en realidad parten del desconocimiento de lo que hablan, algo coherente con su soberbia de creerse vanguardias de algo.

Esta es la carta, les animo a que la lean antes de lo siguiente.

Mi crítica a la carta

La manera de titularla ya indica un patético intento de victimizarse, como si la misma identidad mapuche fuera un agravio para ellos como "obreros".

Lo que sigue, y el grueso de la carta, es la arrogancia de decirle a un grupo "no, ustedes no son esto, son esto otro". Esta gente no tiene conciencia de lo delirante que es esto porque son de esos marxistas que se creen en posesión de "la verdad científica". ¿Desde cuándo tener una identidad ancestral es "posmodernismo"? Ni Jordan Peterson se atreve a tanto.

El subtexto es muy burdo. "Ustedes en realidad no son mapuches, son obreros. Los obreros tienen que luchar por el socialismo porque lo dice el marxismo. Ah por cierto, ¿les contamos que nosotros también luchamos por el socialismo?" Faltó que dijeran "¿siempre venís por acá?". Esto es lo patético de las "vanguardias". Necesitan gente que las sigan y para eso tienen que engatusarla de alguna manera con que tienen algo que les interesa. Tienen la verdad, tienen el programa correcto, y tienen la voluntad de llevarlo a cabo. Lo único que tenés que hacer es darte cuenta de esto y convertirte en un seguidor. Pero primero te tiene que bajar la autoestima si la tenés demasiado alta para no aceptar su "ciencia".

Mi conclusión es que los mapuche y cualquier otro grupo harían bien en escupirles esa hipócrita mano tendida. Ustedes están a favor del capitalismo de Estado. Eso es lo que llaman socialismo. Una "dictadura del sobre el proletariado" donde el Estado monopolice la economía y ustedes o alguien como ustedes monopolice el Estado. Todo en nombre del comunismo y de los trabajadores. Por eso les interesa ganar carne de cañón a su causa. 

No es sólo RyR, es el bolchevismo

La identidad indígena en general es incompatible con el proyecto político bolchevique. El bolchevismo no puede concebir un grupo que luche contra el Estado y no quiera ni reformar este Estado, ni cambiarlo por un Estado "obrero", ni por un Estado-nación nuevo. La izquierda bolche es estatista hasta la médula y ven atraso en todo lo que no sea capitalismo (porque su socialismo también es capitalismo, pero pintado de rojo). 

No hace falta apoyar a la RAM ni a Jones Huala para despreciar a sus críticos bolches. Nos basta con el Estado totalitario construido por Lenin y Trotsky, y heredado por Stalin, para saber que el proyecto político bolchevique es enemigo de la vida y de la libertad de la población trabajadora. Si gobernaran estas sectas, reprimirían tanto a los indígenas como a los obreros de una manera tan o más brutal que la Junta. La historia del siglo XX nos ha mostrado que los pueblos y los ecosistemas han sido tan o más explotados bajo el Partido Comunista que bajo la burguesía.

Todo proyecto político que no contemple la destrucción (y no la "extinción") del Estado nación no es otra cosa que una versión distinta de capitalismo. Y una versión aún más opresiva y brutal que la que ya padecemos.

Muerte al Estado
Muerte al capitalismo
Muerte al bolchevismo 

Comentarios

  1. Cada vez que leo brutalidades marxistas como la de esta carta de RyR a los mapuche, no puedo evitar acordarme de un pasaje del libro "El hombre que amaba a los perros", de Leonardo Padura, en el que se relata un momento del viaje por el Kirguistán durante el exilio de Trotsky. Cabe aclarar, que para nada pienso que estas reflexiones sean propias de un personaje como Trotsky, sino que pertenecen a la pluma de Padura y a los fines de la novela.
    Aquí va:

    "La bruma helada devoró el perfil de las últimas chozas y la caravana penetró otra vez en el vértigo de aquella blancura angustiosa, sin asideros ni horizontes. Fue en ese instante cuando Liev Davídovich consiguió entender por qué los habitantes de aquel rincón áspero del mundo insisten, desde el origen de los tiempos, en adorar las piedras.
    Los seis días que policías y desterrados habían invertido para viajar de Alma Ata a Frunze, a través de las estepas heladas del Kirguistán, envueltos en el blanco absoluto donde se perdían las nociones del tiempo y la distancia, le habían servido para descubrir lo fútil de todos los orgullos humanos y la dimensión exacta de su insignificancia cósmica ante la potencia esencial de lo eterno. Las oleadas de nieve que caían de un cielo de donde se habían esfumado las trazas del sol y amenazaban con devorar todo lo que se atreviera a desafiar su demoledora persistencia, se revelaban como una fuerza indomeñable, a la cual ningún hombre se podía enfrentar: suele ser entonces cuando la aparición de un árbol, el perfil de una montaña, la quebrada helada de un río, o una simple roca en medio de la estepa, se transmutan en algo tan notable como para convertirse en objeto de veneración: los nativos de aquellos desiertos remotos han glorificado las piedras, pues aseguran que en su capacidad de resistencia se expresa una fuerza, encerrada para siempre en su interior, como fruto de una voluntad eterna. Unos meses atrás, viviendo ya en su deportación, Liev Davídovich había leído que el sabio conocido como Ibn Batuta, y más al oriente por el nombre de Shams ad-Dina, había sido quien le revelara a su pueblo que el acto de besar una piedra sagrada produce un goce espiritual alentador, pues al hacerlo los labios experimentan una dulzura tan penetrante que genera el deseo de seguir besándola, hasta el fin de los tiempos. Por eso, donde existiera una piedra sagrada estaba prohibido librar batallas o ajusticiar enemigos, pues la pureza de la esperanza debía ser preservada. La sabiduría visceral que había inspirado aquella doctrina le resultó tan diáfana que Liev Davídovich se preguntó si en realidad la Revolución tendría el derecho de trastocar un orden ancestral, perfecto a su modo e imposible de calibrar para un cerebro europeo afectado de prejuicios racionalistas y culturales. Pero ya andaban por aquellas tierras los activistas políticos enviados desde Moscú, empeñados en convertir a las tribus nómadas en trabajadores de granjas colectivas, a sus cabras montaraces en ganado estatal, y en demostrarles a turkmenos, kazajos, uzbekos y kirguises que su atávica costumbre de adorar piedras o árboles de la estepa era una deplorable actitud antimarxista a la que debían renunciar en favor del progreso de una humanidad capaz de comprender que, al fin y al cabo, una piedra es solo una piedra y que no se experimenta otra cosa que un simple contacto físico cuando el frío y el agotamiento devoran las fuerzas humanas y, en medio de un desierto helado, un hombre apenas armado con su fe encuentra un pedazo de roca y se lo lleva a los labios."

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    1. Me encantó ese pasaje, gracias por compartirlo.

      Sí, si los bolcheviques mismos despreciaron la vida campesina en su propio país, incluso la de los campesinos más rusificados, me imagino el desprecio que debieron tener por tribus más intocadas todavía por la Modernidad.

      Esta teoría de la revolución permanente, donde el partido marxista tiene que llevar a cabo las "tareas burguesas pendientes" de civilizar a todo el mundo (lo quiera o no), destruyendo a toda tradición a su paso porque todo lo tradicional es reaccionario. Convertir a todo el mundo en obrero para después emanciparlo tal como dice la "ciencia marxista".

      Creo que pocos marxistas se dan cuenta de lo monstruoso que esto es, y por eso siguen siendo marxistas.

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