La cobardía política del izquierdista argentino con el peronismo

La izquierda argentina tiene razones históricas de sobra para ser antiperonista

El peronismo es un partido presente en los últimos 80 años de la historia argentina. Hay razones muy fundadas para ser antiperonista en la Argentina. Las mías son desde el antifascismo. Casi nadie tiene alguna vergüenza en decir que es antifascista, pero no es el mismo caso en decir que se es antiperonista. Esa es una actitud tradicionalmente extraña en la izquierda argentina, más frecuente en la derecha.

Pero la izquierda, que ha sufrido una gran represión a manos del peronismo (incluyendo desaparecidos) desde sus primeros gobiernos hasta hoy mismo, tiene todas las razones históricas, políticas y hasta morales para ser antiperonista. ¿Por qué la izquierda argentina, en su gran mayoría, no es antiperonista?

Agrupaciones como Razón y Revolución han hecho su propia investigación y hablan de un síndrome del 17 de octubre. Cuando el peronismo surgió, gran parte de la izquierda argentina, que en ese momento eran el Partido Socialista y el Partido Comunista, se enfrentó con el peronismo asociándolo al fascismo y al nazismo (razones no les faltaban) y se "alió con" (léase "subordinó a") parte de la burguesía argentina y de partidos conservadores en lo que se llamó la Unión Democrática.

La Unión Democrática perdió las elecciones frente a Perón en 1946 y luego éste desató una intensa represión contra sus partidos, enseñándose con la izquierda. En 1955, gran parte de esta izquierda apoyó o por lo menos no resistió al golpe de estado que derrocó a Perón. La mitología establecida a partir de 1955, titulada "la resistencia peronista", condenó a la izquierda argentina como "gorila" ante "la clase obrera peronista". Por lo tanto, en compensación, la izquierda argentina tenía y tiene que demostrar constantemente que no es "gorila", y hacer una crítica del peronismo desde los valores declarados del peronismo. O sea, proponiéndose como un peronismo pero limpio, coherente, y de color rojo. O directamente, como hizo algún troskismo, practicando el entrismo.

Yo creo que buscar la explicación por la actitud actual de la izquierda en esas décadas del siglo XX tiene algo de utilidad, y valoro muchísimo la bibliografía de izquierda que está circulando desmitificando al peronismo, como PerónLeaks e Historias gorilas. Sin embargo, veo que hay otras puntas de ataque en cuanto a la sumisión de la izquierda al peronismo que están situadas en tiempos contemporáneos. Mi humilde aporte a esta discusión viene de conversaciones que vengo teniendo hace unos 20 años sobre el tema con diversos izquierdistas.

Mis conversaciones con izquierdistas argentinos sobre el antiperonismo

La mayoría de militantes de la izquierda marxista argentina con quienes he conversado el tema tienen opiniones que se puede resumir en "ser antiperonista es de derecha/gorila". Ahí me doy cuenta de la penetración del peronismo en la izquierda. Alguien que excluye al peronismo de la derecha está usando el concepto de "derecha" del peronismo. Alguien que usa "gorila" como insulto está moralmente colonizado por el peronismo.

Después están los marxistas más puros, muy críticos con la izquierda argentina. Ellos te dan una respuesta que creen inteligente: "yo no soy antiperonista, soy antiburgués/anticapitalista". Que es como decir "yo no soy anti-manzana, soy anti-fruta".

Les propuse un silogismo a los segundos. "Ok, entonces si sos anticapitalista, y el peronismo es capitalista, también podés decir que sos antiperonista, ¿no?". "No", me han respondido. Dando una señal más de que la famosa "dialéctica" marxista es un truco para no tener consistencia lógica.

A menos que su motivo para no ser pública y explícitamente antiperonistas sea otro.

Los prejuicios izquierdistas sobre la sociedad argentina

Generalmente, escarbando un poco, encontré en los marxistas críticos los mismos prejuicios sobre la sociedad argentina que tiene la izquierda a la que critican.
  1. Que el pueblo o la clase obrera es peronista.
  2. Que por lo tanto es mala política confrontar directamente con el peronismo.
  3. Que por lo tanto necesitamos una táctica más astuta que el antiperonismo frontal.
Mi respuesta a esto:
  1. El peronismo ya no es un movimiento popular como lo era en los 70s, mucho menos cuando surgió. Hoy el peronismo es un partido político que ha colonizado el Estado argentino y que con los recursos que extrae de ahí mantiene su influencia sobre la intelectualidad y las "organizaciones populares". Cuando la persona común dice que el peronismo es una mafia, tiene muchísima más razón que el supuesto análisis sofisticado de los marxistas que incluye palabras como "bonapartismo".
  2. Incluso si el peronismo fuera un movimiento popular, confrontarlo directamente no está para nada excluido. El fascismo italiano fue un movimiento popular, el nazismo alemán también. ¿No había que confrontarlos? Adoptar una posición dura y sincera sobre un tema, que a algunos les parece poco astuto o poco sofisticado, tiene la virtud de que todo el mundo que la conozca sepa dónde te ubicás y por qué. Las posiciones "astutas" que ciertos intelectuales ven como más "hábiles" pasan por -y son- tibias y poco transparentes. Los peronistas igualmente perciben que la izquierda tibia es su enemigo, y todo el pueblo que odia al peronismo y tiene ganas de pelear se da cuenta que no puede contar con esa izquierda(1).
  3. La táctica de "acompañar la experiencia de las masas" y de "desenmascarar las contradicciones" de las personalidades o partidos con apoyo popular es la política que la izquierda argentina lleva décadas ejercitando. ¿Cuáles han sido sus resultados? ¿"Recuperar los sindicatos"? No, la izquierda sigue siendo marginal en lo que queda de los sindicatos argentinos. ¿"Meter más izquierda en el congreso"? Ni siquiera, el FITU ha llegado a un techo electoral. ¿"Difundir conciencia de clase"? Ni por asomo. Los resultados de esta política han sido:
    • Fracasados para convertir a peronistas en izquierdistas.
    • Fracasados para atraer a antiperonistas hacia la izquierda.
    • Exitosos en reclutar a gente progre con una crítica mediocre del peronismo, por lo tanto debilitando intelectual y políticamente a la izquierda(2).

Los motivos personales para no ser públicamente antiperonista

En no pocos casos, la verdadera razón de gente de izquierda para no ser públicamente antiperonistas es el temor por los perjuicios que podrían sufrir al adoptar esa posición. Varios de ellos están rodeados de peronistas en sus relaciones personales cotidianas. Compañeros de laburo, jefes o clientes, incluso amistades y parejas.

Es una situación difícil y no juzgo a quienes, teniendo responsabilidades familiares, deciden priorizar su bienestar (incluyendo su supervivencia económica) y elegir cuidadosamente sus batallas.

El problema lo tengo con la falta de honestidad en ocultar las verdaderas razones para la actitud que tienen y reemplazarlas por razones "políticas" o "históricas". 

Y no les perdono que incluso mantengan la misma actitud en redes sociales donde se manejan mediante un alias y donde no tienen en sus contactos a sus relaciones/afectos peronistas. Eso es de cobarde. Y su cobardía nos perjudica a todos.

Conclusiones para la conversación general sobre el antiperonismo

Hoy estoy convencido que ser antiperonista no sólo está justificado con argumentos históricos, sino que directamente cualquiera que se diga antifascista, admita los rasgos fascistas en el peronismo, y rechace ser antiperonista no es de confiar moral y/o intelectualmente. Se está contradiciendo inmediatamente.

La izquierda teme que una posición explícitamente antiperonista cierre puertas de diálogo con una parte importante de la sociedad. Pero esto es ver el vaso medio vacío. El vaso medio lleno es darse cuenta con qué parte importante de la sociedad se abre el diálogo desde el antiperonismo. Ya hace tiempo que dejó de ser verdad eso de que "el pueblo es peronista". La relación del pueblo argentino con su clase política es mucho más pragmática. Una parte importante de las familias laburantes desprecian la corrupción y la soberbia peronistas. "Pero votan a la derecha". ¿Y qué opciones antiperonistas tienen por izquierda?

La izquierda tal como se ha venido comportando, y desde hace 10 años "la izquierda" es casi sinónimo del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FITU), termina siendo una colectora del peronismo y ha llegado a su techo electoralmente, ya que sus votantes terminan siendo peronistas o progres que practican el corte de boleta (peronismo para cargos ejecutivos, izquierda para cargos parlamentarios). Esta izquierda no tiene oportunidad alguna de luchar contra el ajuste y de cumplir promesas como "que la crisis la paguen los capitalistas".

Una izquierda antiperonista tendría la oportunidad de ser políticamente independiente en un sentido práctico y no solo ideológico, disputándole votos a las demás fuerzas, atreviéndose a discutir de igual a igual proyectos de país alternativos más allá del consignismo estatista-nacionalista al que el FITU nos tiene acostumbrados.

Notas

(1) De hecho la izquierda con una posición tibia se ha puesto a sí misma en varias trampas políticas donde, para evitar una confrontación abierta con el peronismo, ha tenido que favorecer a la agenda peronista. Fustigada con el látigo de "izquierda funcional a la derecha", esta izquierda ha tenido que demostrar y exagerar su antagonismo con lo que el peronismo llama "derecha". Por lo tanto, excluyendo al peronismo de la derecha, o cayendo en la mitología de que el peronismo es un movimiento amplio que abarca derecha e izquierda, y que por lo tanto hay un peronismo con el que se pueden establecer alianzas o que vale la pena hacer entrismo ahí.

(2) Esto no solo se aplica al peronismo y a la situación argentina. La izquierda latinoamericana ha aplicado lo mismo en Venezuela con el chavismo. Los resultados están a la vista.

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