Crítica a "Las ciudades" de Murray Bookchin

Río de Janeiro, Brasil

En mis tres textos anteriores he tenido una opinión muy buena de la obra de Bookchin, porque estaba empezando a conocerla. Algunos pasajes me hicieron levantar una ceja pero estaba valorando lo nuevo. La propuesta de Bookchin me resulta refrescante porque insiste con el comunismo libertario pero abandonando esta locura de querer revivir al fantasma del movimiento obrero.

El legado teórico y metodológico del municipalismo/confederalismo Bookchin vive actualmente en la Confederación de Rojava, y su legado de la ecología social vive en todos los movimientos y reflexiones que han superado la división entre lo social y lo ecológico. La noción de transición ecosocial seguramente le debe mucho.

Estoy seguro que no debo ser el primero que hace las críticas que detallo a continuación, pero quiero de alguna manera documentar mi experiencia leyendo a Bookchin, para que le sirva a otros. El texto que critico a continuación, Las ciudades: el florecimiento de la razón en la historia, es parte de la compilación póstuma La próxima revolución, que se puede bajar en pdf aquí.

Separación de la vida en esfera privada y pública

En lo que vengo leyendo de Bookchin, él siempre intenta recuperar la noción de ciudadanía y de política de lo que él considera una degeneración/perversión. Frecuentemente usa el esquema de una esfera social, que vendría a ser todo lo no-público y que coloquialmente se llama esfera privada. El propósito de esto es porque a continuación él analiza la tensión existente en la esfera pública entre la política y lo estatal.

"Lo que la gente hace en sus casas, qué amistades tienen, los estilos de vida comunitarios que ponen en práctica, la manera en la que se ganan la vida, su comportamiento sexual, los objetos culturales que consumen, y los arrebatos y el éxtasis que experimentan en la cima de las montañas, todas estas actividades necesarias material y personalmente pertenecen a lo que denomino la esfera social de la vida. Familias, amigos y acuerdos de vida en comunidad son parte de la esfera social. Dejando a un lado las preocupaciones por cuestiones de derechos humanos, no es labor de nadie ponerse a juzgar qué tipo de actividades sexuales realizan adultos con capacidad de consentir, las aficiones que prefieren, los tipos de amigos que adoptan o las prácticas espirituales que puedan elegir. Aunque muchos de estos aspectos de la vida interactúan unos con otros, ninguno de estos aspectos sociales de la vida humana pertenece propiamente a la esfera pública, la cual yo identifico explícitamente con la política en armonía con el significado helénico de la palabra. Al crear una nueva política basada en la ecología  social, nos ocupamos de lo que la gente hace en la esfera pública o política."

Lo problemático aquí es que, como hemos aprendido con el feminismo, [parte de] lo personal es político. Sí, es cierto que hay gente que abusa de la frase "lo personal es político" para pretender que hace política criticando a personas o haciendo cambios en su estilo de vida. Pero no se le puede negar la parte de razón a este principio. Cosas que pasan en la esfera social, como la violencia familiar o en la pareja, son asuntos que deben tratarse en la esfera pública. Especialmente si vemos que estas cosas que pasan en la "esfera social" impiden que las mujeres participen en la esfera pública. Y así con otras cosas que les pasan a otros colectivos en la esfera social que impiden su participación plena en la esfera pública.

Iluminismo y anti-tribalismo

En varios textos, no sólo en éste, se nota que para Bookchin la historia tiene un sentido. Ciertos desarrollos históricos Bookchin los explica como malformaciones o desviaciones, y su municipalismo libertario es una manera de corregir el rumbo de la historia para que el ser sea como el deber ser.

Es típico de Bookchin enfatizar que la ciudad es un desarrollo superior a la tribu, ya que hace posible una "comunidad secular, racional, y humana", a diferencia de la supuestamente limitada comunidad  tribal basada en el parentesco. En la ciudad los extranjeros se integrarían como ciudadanos, mientras que en la tribu no. Más allá de que esto no es verdad, pues hay tribus que sí integran a extraños, me recuerda mucho el evolucionismo del siglo XIX, que por ejemplo se ve en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado de Friedrich Engels con su cadena de "salvajismo => barbarie => civilización".

La creencia en una Razón de la historia

El título del trabajo, "el florecimiento de la razón en la historia", da una pista sobre lo que piensa Bookchin en profundidad sobre la historia humana. Comparte la teleología progresista, que tiene continuidad desde el iluminismo a Marx, pasando por Hegel. La historia humana se desarrolla según una razón, según una dialéctica, con un destino emancipatorio basado en la razón del cual puede desviarse momentáneamente, pero al que tendrá que ajustarse. Ejemplos:

"La historia ha necesitado milenios para articular el concepto de ciudadano como sujeto competente y autónomo para la reestructuración democrática de la política."

"la importante cadena de semejanzas que conducen a la humanidad a alcanzar un estadio de desarrollo altamente creativo"

"Si nos centramos completamente en la peculiaridad de las culturas singulares, el curso de la civilización es reducido a una secuencia de inferencias que se ciñe al nominalismo que Stephen Jay Gould aplicó a la evolución orgánica"

"Hablo del surgimiento de la ciudad porque, pese a que el desarrollo de esta aún debe completarse, sus momentos en la historia constituyen una dialéctica discernible que abrió un reino emancipatorio en el cual los «extranjeros» y la «gente» podían reconstituirse como ciudadanos: seres seculares y completamente racionales que, en grados diversos, nos acercaron la potencialidad de la humanidad para convertirse en personas racionales, totalmente individuadas y completas."

Y sobre el final del trabajo, la conexión entre esta razón de la historia y el municipalismo libertario, con un palito más para Castoriadis:

"Por ello, permitidme que remarque que la política del municipalismo libertario no es una mera estrategia para la emancipación humana; es una concordancia rigurosa y ética de medios y fines (de instrumentos, por decirlo de alguna manera) con objetivos históricos, que implican un concepto de la historia como algo más que meras crónicas o un disperso archipiélago de encapsulados «imaginarios sociales»."

Idealismo sobre la historia del Homo Sapiens

"La experiencia histórica atrapada en la inmovilidad de la repetición eterna comenzó a progresar más allá de la concepción de un mero ciclo temporal, y a transformarse en una historia creadora, desde el momento en que la inteligencia y la sabiduría -más concretamente la razón- comenzaron a participar de los asuntos humanos. A lo largo de cien mil años más o menos, el Homo Sapiens superó la lentitud de sus primos más salvajes, los neandertales, y participó como un agente cada vez más activo del mundo que le rodeaba, tanto para poder cubrir sus necesidades más complejas (materiales e ideológicas), como para alterar dicho medioambiente gracias al uso de herramientas y, sí, de racionalidad instrumental. La vida se hizo más larga, más segura, y la cultura comenzó a desarrollar más rasgos estéticos y las comunidades humanas, con sus diferentes niveles de su desarrollo, empezaron a intentar definir y resolver los problemas de libertad y consciencia."

Este anti-primitivismo por parte de Bookchin no se sostiene científicamente. Lo que cambió no fue la razón, sino el clima. El Holoceno, una época geológica que comenzó hace 12000 años, se caracteriza por un clima cálido y estable. Esta estabilidad climática es la que hizo posible el desarrollo de sociedades basadas en la agricultura y en la ganadería, capaces de traspasar el umbral de mera supervivencia. Las sociedades humanas del Pleistoceno no eran "repetitivas" por una cuestión de falta de inteligencia o por ser "salvajes", sino porque cada tantos miles de años había una glaciación. Esto les obligaba a vivir única o principalmente de la caza y la recolección. Si mañana terminara el Holoceno y volviera una época geológica como el Pleistoceno, nos veríamos forzados a vivir dentro de un "mero ciclo temporal", por más racionalidad instrumental que tengamos.

La maldición del trabajo

"Las condiciones necesarias para la libertad y la consciencia implicaron avances tecnológicos que, en una sociedad racional, podrían emancipar a la gente de las necesidades y preocupaciones de carácter animal, como el autosustento."

Acá Bookchin tiene en común con el iluminismo esta falsa distinción entre lo animal y lo humano, como si lo humano fuera algo no-animal o superior a lo animal. Pero además tiene en común con muchos iluministas y marxistas el considerar al trabajo dirigido al autosustento como una maldición o algo que no es plenamente humano.

Yo mismo tenía este pensamiento hace años pero lo he cambiado. Mi imagen de una sociedad emancipada ya no es una tecno-utopía donde todo el trabajo pesado será hecho por robots y la gente se dedicará a vivir una vida dedicada a la ciencia, al arte, al deporte y al ocio, con la opción de trabajar por una cuestión de "hobbie". Esa sociedad me dejó de parecer deseable y además ahora sé que no será posible porque no tendremos la energía ni los materiales para llevarla adelante.

Mi crítica, coincidiendo con Marx, es hacia el trabajo enajenado y no hacia el trabajo en sí. En la sociedad actual el trabajo es principalmente un medio para conseguir dinero, que es imprescindible porque todos los bienes de vida están monetizados y la manera típica de conseguirlo es comprándolos con dinero. Esto ocasiona la existencia de muchos trabajos que solo tienen sentido para mantener tal o cual aspecto de esta sociedad, pero tienen poco y nada que ver con la reproducción de la vida y con elevar la calidad de vida para la comunidad. En cuanto a los trabajos que sí cumplen esta función, como los relacionados con los cuidados, la salud, la educación, y la producción de alimentos, resulta que varios de ellos están muy mal pagos. De manera que en esta economía, dominada por la lógica capitalista, los trabajos "esenciales" son los peor remunerados.

Mi conclusión: coincido con los qué pero no con los por qué

"En vez de refugiarnos en la inmovilidad, el misticismo y en apelaciones al cambio puramente personales, debemos explorar de manera conjunta los modelos de instituciones que se requerirán en una sociedad ecológica y racional, el tipo de política que deberíamos poner en práctica de manera adecuada, y de hecho, el movimiento político necesario para lograr dicha sociedad. La ecología social y su política —el municipalismo libertario— buscan exactamente hacer esto: institucionalizar la libertad y guiarnos hacia un futuro humano y ecológico, uno que hará realidad la promesa incumplida de la ciudad dentro de la historia."

Este es el párrafo final del texto, donde yo veo mezclado algo que me parece deseable (una sociedad humana basada en la confederación de municipios, cada uno de ellos gobernado mediante democracia directa) con afirmaciones teleológicas sobre una sociedad "racional" y sobre la "promesa inclumplidad de la ciudad dentro de la historia".

Esto me da la misma sensación que cuando alguien me dice "Dios te bendiga". Sé que me está deseando el bien y lo agradezco, pero lo hace con un lenguaje que evoca una ideología con la que no estoy de acuerdo. De manera algo similar, Bookchin habla de un proyecto revolucionario por el que yo estoy dispuesto a luchar, pero desde una ideología iluminista, progresista, de la historia como el despliegue de una Razón. Mi respuesta será la misma que a las bendiciones religiosas: acepto (y agradezco) lo sustancial pero no la forma.

Para mí el municipalismo libertario es un proyecto deseable, no algo que "debe ser" porque coincide con una razón histórica. Gracias, Murray.

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