El anticapitalismo y el "después vemos"

Hay una corriente de pensamiento en los ámbitos anticapitalistas que es "destruyamos lo actual y después vemos". A continuación analizo los problemas que le veo.

1. Sobrevalora el pensamiento crítico y subvalora el pensamiento creativo-imaginativo

Esta es una tendencia presente desde que el marxismo demonizó al utopismo y desde que el anarquismo se obsesionó con la destrucción. Las utopías post-capitalistas de Fourier, Owen, Saint-Simon, y otros, habrán tenido sus problemas de idealismo e ingenuidad política, pero sirvieron como inspiración a generaciones de socialistas en el siglo XIX. 

Cuando el éxito del marxismo impuso la dicotomía entre socialismo científico vs socialismo utópico, con la exigencia de que el primero fuera hegemónico y que el segundo fuera tirado a la basura, esto dejó a los socialistas en la completa oscuridad sobre cómo sería el socialismo. Ese vacío fue llenado por el capitalismo de Estado y la dictadura del partido, como vimos en el caso bolchevique. Fue solo en reacción a la monstruosidad de la URSS que resurgió en los círculos socialistas la discusión positiva sobre la sociedad socialista/comunista. Una discusión que no tendría que haber cesado nunca.

En el anarquismo las cosas fueron algo mejor. Allí se tuvo autores como Piotr Kropotkin que en sus libros La conquista del pan y Campos, fábricas y talleres se tomó el trabajo de imaginar con rigor y seriedad cómo organizar la economía y la gestión de lo común desde los principios libertarios de la asociación libre y la confederación. Todo esto fue cristalizado en la perspectiva del comunismo libertario, que cumplió el papel de inspirar a generaciones de obreros y campesinos anarquistas, y también tener una alternativa frente al comunismo de tipo de soviético en los años 1920s y 30s. Desde el final de la guerra civil española, el anarquismo parece haberse obsesionado con la destrucción. La imaginación de sociedades anarquistas pasaría a ser un terreno de la ciencia ficción. Uno de los ejemplos más conocidos es la sociedad del planeta Anarres en la novela  Los desposeídos de Ursula Le Guin, libro que recomiendo con todo cariño.

2. El "después vemos" es irresponsable y promueve la pereza intelectual

En cualquier ámbito de la vida adulta, una crítica responsable viene acompañada de una propuesta alternativa, o al menos la implica. 

Si esa propuesta alternativa no existe porque se trata de un asunto muy complejo (como transformar la estructura social), entonces hay trabajo pendiente por hacer. Y quienes tienen que asumir la responsabilidad de al menos comenzar ese trabajo son quienes están inconformes con lo actual, no "todos".

Uno de los ejemplos de esta irresponsabilidad lo he visto en anarquistas que están en contra de la existencia de la policía y de las cárceles, y sin embargo no tienen propuesta seria para cómo lidiar con el crimen. Algunos de ellos se jactan de no tener una alternativa (como si no tener alternativas los hiciera más revolucionarios o algo así), otros de ellos promueven un regreso a la Ley del Talión (por ejemplo que las familias de las víctimas maten al asesino). Ni siquiera tienen la voluntad de investigar cómo sociedades sin Estado han tratado con el crimen, cosa que hoy tenemos disponible gracias a la historia y la antropología.

A veces los anticapitalistas usan la excusa de que como "la revolución" está tan lejos, la construcción de una nueva sociedad le tocará a otras generaciones y ellas mejor que nadie evaluarán las formas y los medios con que construirán una nueva sociedad. 

Marx, creyente en la dialéctica, pensaba que la revolución futura iba a parir espontáneamente las formas positivas del socialismo (y el ejemplo de la Comuna de París pareció darle la razón). Él, como teórico, tenía que detenerse después de analizar las tendencias en la realidad presente y la dirección de su movimiento, y no ir más allá con la imaginación. Eso último es lo que había hecho su competencia, los utopistas. La actitud de Marx podía juzgarse como científicamente escrupulosa, pero se transformó muy pronto en una actitud de lavarse las manos y postergar la discusión positiva sobre el socialismo para un futuro indefinido. Además, al desconectar a la práctica política presente de la sociedad futura, dio lugar a todo tipo de oportunismos. Y no sólo eso.

3. El "después vemos" le fue funcional al totalitarismo

El vacío en la discusión positiva sobre el socialismo en el campo marxista hizo posible que la socialdemocracia lo llenara con su imaginario estatista. Y el bolchevismo, que es hijo de la socialdemocracia, combinando ese imaginario estatista con jacobinismo, dio nacimiento al totalitarismo rojo. La réplica de ese totalitarismo en otros países (China, Europa del Este, Cuba) y la hegemonía ideológica de los Partidos Comunistas dentro del marxismo logró que esa pesadilla totalitaria fuera llamada "socialismo real". Desarmando incluso a sus opositores dentro de la izquierda.

Fue recién en los años 1930s que un grupo de comunistas holandeses, partiendo de lo poco que Marx había escrito al respecto, de la experiencia de la URSS, y de discusiones con teóricos socialdemócratas y leninistas, escribió Principios Fundamentales de Producción y Distribución Comunistas. Un libro que idea una economía industrial manejada de abajo hacia arriba, sin dinero ni Estado ni otro "centro" que pudiera ponerse encima de los productores y crear un nuevo sistema de explotación. Un esfuerzo teórico monumental, lamentablemente solo disponible en inglés. Un resumen en castellano aquí.

En la actual época no habrá un renacimiento del socialismo/comunismo como corriente política si no hay una discusión positiva sobre qué socialismo se quiere y un posicionamiento antagónico (sin ambigüedades) contra los totalitarismos del siglo XX, contra el "socialismo del siglo XXI", y contra todo otro estatismo pintado de rojo. Si no hay voluntad en el actual "anticapitalismo" para hacer este esfuerzo creativo, imaginativo y propositivo, entonces lo mejor para la humanidad será que el socialismo/comunismo termine de morir.

Contra la hipocresía anticapitalista (conclusión)

El "después vemos" de los anticapitalistas no es más válido que el "después vemos" de cualquier otro grupo. No hay diferencia sustancial entre el "Destruyamos al capitalismo y después vemos" de los anticapitalistas y el "Saquemos a la derecha y después vemos" de los populistas/progres. 

Es cierto que las capacidades individuales son muy limitadas. Ninguna persona es capaz de adivinar el futuro ni de ir más allá de sus condicionantes, ni siquiera con la imaginación. Pero es falaz deducir de esto que únicamente se puede criticar. Tenés la capacidad de estudiar historia y antropología para encontrar ejemplos positivos de lo que querés. En algunos casos no hay que inventar nada nuevo, sino restaurar algo viejo. Hay varios ejemplos donde el capitalismo cambió las cosas para peor, entonces la alternativa ya la tenés. Hay ejemplos de otras sociedades que resolvían de manera diferente los problemas sociales, y con mayor grado de libertad. El antropólogo anarquista David Graeber dedicó a encontrar esos ejemplos la mayor parte de su carrera.

El "después vemos" es irresponsable. Es cortoplacista. Es pereza intelectual. Para cualquiera, incluyendo a los anticapitalistas.

Veamos ahora.

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