Contra la manipulación del mal menor



Esta es una reflexión pegada al artículo anterior sobre las elecciones.

Un ejemplo

Algo que maduré en estos días, gracias a lo que he leído en el blog de Antonio Turiel, es que el Green New Deal, además de perpetuar injusticias a nivel global (el flujo de materia prima hacia las regiones y países más ricos en capital), significa un gran desperdicio de recursos escasos en una transición energética falopa (recomiendo esto y esto). Quieren lograr con paneles solares y molinos lo que sólo era posible lograr con combustibles fósiles. Sistemas centralizados de generación de energía que luego la distribuyan a grandes distancias. El modelo centralizado propio del crecimiento y la acumulación de capital.

Esa transición energética a lo GND significaría quitarle posibilidad a transiciones energéticas a nivel local y regional más sobrias y realistas, basadas en la generación distribuida, aprovechando los materiales escasos en procesos más simples para su fabricación y reparación. O reciclaje. 

¿Quiénes son partidarios del GND? Partidos neoliberales con cierta consciencia del cambio climático y las dificultades que trae. Quieren seguir creciendo, quieren seguir siendo competitivos, quieren poner los huevos en más de una canasta. Dentro de la irracionalidad del crecimiento, son algo racionales. Sin embargo, esta gente en el poder malgastará estos recursos escasos en el GND.

¿Quiénes están en contra del GND? Los partidos burgueses que históricamente han negado el cambio climático y perderían votos si cambian de posición. Los muy comprometidos con el lobby petrolero. Los que insisten con el BUA (business as usual) por tecno optimismo o alguna otra razón. Los nacionalismos falopa que confíen en las reservas nacionales de combustible fósil o en la energía nuclear.

Como partidarios de una transición ecosocial decrecentista, ¿quién nos CONVIENE que ocupe el poder en los Estados nacionales? Si determinamos que el GND es lo peor que nos puede pasar, pues nos dejará mucho más vulnerables al colapso que un BUA, nos convienen los partidos BUA, por más que sea contraintuitivo. Por más coincidencias aparentes y reales que tengamos con el GND.

Mal menor vs conveniencia

Esta lógica desafía a la lógica tradicional del menos malo. Porque generalmente el menos malo es el que está más cercano está ideológicamente a quien se hace la pregunta (y ahí la izquierda cae en la trampa del progresismo, al incluirse en un "nosotros" del cual no es parte).

Por ejemplo, si sos de izquierda el mal menor entre la centroizquierda y la derecha sería la primera, según la lógica tradicional. Entre Biden y Trump, el mal menor sería Biden. Entre el peronismo y Macri, el peronismo.

Estoy en contra de rechazar la lógica del menos malo por una cuestión de orgullo sectario de "yo me manejo siempre por principios, nunca por conveniencia". ¿En qué mundo vivís? Eso es mentira, fijate en tu propia vida. Ese tipo de respuesta hace quedar a quien propone el mal menor como alguien realista e inteligente. Pero si vos querés que esa gente cambie de opinión vos tenés que demostrar que sos más realista y más inteligente.

Por eso en vez de decir "son lo mismo" (demasiado cercano a la apatía de "da lo mismo") prefiero dar vuelta la pregunta. En vez de "¿cuál es el menos malo?", preguntar "¿Quién nos conviene que gobierne?".

Si te preguntás lo primero, es posible que dejes afuera muchas reflexiones necesarias que tenés que hacer. Si definís al "menos malo" en abstracto te olvidás de preguntarte "¿menos malo para quién?", "¿en relación a qué?".

Pero la pregunta "¿Quién nos conviene que gobierne?" invita a otras preguntas necesarias. ¿Quién es el nosotros de esa pregunta? ¿Cuál es nuestra agenda? ¿Qué agenda de los partidos con posibilidad de gobernar es la que más le conviene a nuestra agenda? Y aquí hay que separar. No siempre la agenda que más nos conviene es la que más coincide con la nuestra.

Esto nos permite darnos cuenta que no pocas veces optar por el "mal menor" va en contra de lo que nos conviene. Sobre todo si quien te dice que optes por el mal menor es alguien que no pertenece a tu nosotros. Ese te está intentando engañar.

¿Cuando NO aplican estas lógicas?

Cuando se puede demostrar que, para el nosotros que importa, todas las elecciones disponibles son igual de malas.

Ahora, sostener esto requiere mucha independencia política. Dependiendo de tu entorno personal, si es mayoría de izquierda, progre, peronista o antiperonista, vas a tener presiones para optar por lo que ese entorno te diga que es el mal menor o que te conviene más. Y ese entorno va a formular sus presiones incluyéndote en un nosotros definido por ellos. En Argentina ya se vivió esto en el ballotage del 2015 entre Scioli y Macri. ¡La presión que existía para que la minoría que rechazaba a ambos candidatos nos "definamos"! Nos definimos: por el voto en blanco, jaja.

No pocas veces, si te mantenés firme en que para vos esa opción que ellos te quieren imponer no es buena, lo que van a hacer es ubicarte en la vereda de enfrente. Ya sea de una o, primero, intentando chantajearte emocionalmente. "Mirá que si seguís con esa gilada, te considero como de la vereda de enfrente." Así hacía la mierda peroncha/progre: si no votabas "contra Macri" eras gorila o funcional a la derecha, o ambas.

A esa gente hay que escupirles la cara. En el sentido figurado. Quien te hace eso es alguien que te quiere controlar. Es la misma gente que, en teoría, está a favor de la libertad, pero cuando ven a alguien libre lo quieren destruir. Tratá de no rodearte de esa gente de mierda y, si no podés evitarlo porque son familiares, gente a la que tenés que ver por laburo, estudio, etc, demostrarles que son inútiles sus tácticas. Mejor aún: contraproducentes.

¿Por qué estas reflexiones?

¿Qué sería lo mejor de lo mejor? Empezar hoy mismo (en realidad, haber empezado hace décadas, pero no se hizo) una transición ecosocial decrecentista. Porque la alternativa es el decrecimiento por las malas, con un colapso que signifique un gran sufrimiento para nuestra especie y muchas otras.

Pero estamos en un lugar de debilidad. Todavía tenemos encima a Estados nacionales y partidos políticos que nos gobiernan. Ser gobernado es ser dominado y controlado, ¿o cabe alguna duda? Ellos tienen la sartén por el mango y va a ser así hasta que ya no haya sartén o ellos no tengan manos.

Por eso nuestra lógica para lo cotidiano no puede ser basada únicamente en valores, o en principios con los que ser consecuente. Estamos acercándonos a un momento donde cada opción que tomamos es una elección de supervivencia. Si como especie o como países desperdiciamos todos los recursos que nos podrían ayudar a sobrevivir el colapso en una agenda reformista que trate de sostener lo insostenible, vamos a estar en una situación muchísimo peor que si todos esos recursos estuvieran disponibles.

En estos momentos es muy fácil caer en la trampa del mal menor. Porque es una trampa. Es lo que nos conviene lo que importa. Que también hay que vigilar que sea realmente lo que nos conviene a un plazo más largo posible y no para sacar una ventajita efímera que a largo plazo no suma nada. Los dos extremos que hay que evitar son el sectarismo y el oportunismo.

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