Un Día de las Trabajadoras pensando la transición ecosocial


Me identifico como trabajador, laburante, proletario. Pero además de que no comparto la mitología populista que ha estatizado al movimiento obrero y reemplazado al socialismo internacionalista por nacionalismo, tampoco comparto la mitología marxista sobre una clase obrera que ya no existe, pero que según la profecía de la Dialéctica algún día se levantará, destruirá al poder burgués (guiada por un partido revolucionario, casi siempre), y se apropiará de las fuerzas productivas desarrolladas bajo el capitalismo, llevándonos a un mundo de abundancia y libertad plenas.

Mi aporte a este día es un llamado de atención sobre el momento histórico que estamos transitando como especie y compartir lo que vengo pensando para enfrentarlo.

El escenario actual

Se nos viene un colapso civilizatorio causado por una combinación de la crisis climática, la crisis ecológica, y la crisis energética.

Crisis climática: la acumulación en la atmósfera de gases de efecto invernadero (como el CO2 y el metano), emitidos en creciente exceso desde la primera revolución industrial, ha causado un cambio climático con consecuencias globales y diferentes consecuencias regionales: aumenta la temperatura global promedio, se derriten los polos, sube el nivel del mar, se acidifican los océanos, y se hacen más frecuentes las sequías y los mega-incendios. Sea por desertificación o inundación, zonas enteras del mundo pasarán a ser inhabitables e incultivables, lo cual ocasionará hambrunas, migraciones climáticas, y sus conflictos derivados. Parte de este cambio climático ya es inevitable y hay que adaptarse a él. Pero además los gobiernos del mundo no están haciendo lo que la comunidad científica ha marcado como objetivos mínimos para mitigar las emisiones y prevenir los peores escenarios. Profundizar: ustednoselocree.com

Crisis ecológica: consecuencia de los procesos de depredación y contaminación ambiental, hay una pérdida de la biodiversidad y de procesos ecosistémicos de los cuales dependemos. Los bosques que se talan para correr la frontera agrícola, los suelos sobreexplotados y empobrecidos por una agricultura y ganadería desconectadas de los ciclos naturales, los cursos de agua contaminados o secados por el riego excesivo, las especies animales que sostienen equilibrios ecológicos afectadas por la caza y las que cumplen un papel polinizador afectadas por los agroquímicos... todo esto significa que los recursos naturales son cada vez menos para compartir con cada vez más gente, que además quiere consumir igual o más que ahora. Estamos consumiendo lo que futuras generaciones necesitarán para sobrevivir. Profundizar: climaterra.org

Crisis energética: aun más negada e invisibilizada que las dos anteriores, tiene su raíz en nuestra gran dependencia de los combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón) y, muy a pesar de ciertos optimismos infundados, la incapacidad física de cubrir, con otras fuentes de energía, el vacío energético que dejarán los combustibles fósiles. Las materias primas energéticas son elementos finitos, pero el problema no es el de sus reservas, sino el cuello de botella en su producción. En tiempos de crecimiento económico la demanda de petróleo sube, pero desde hace años la producción tiende a la baja. El petróleo crudo convencional tuvo su pico de producción en el 2005, lo cual se ha intentado compensar con la mayor extracción de carbón y gas natural, y con los yacimientos no convencionales (en los cuales el producto es de menor calidad y se necesitan inversiones mayores para obtenerlo). Nos espera un futuro con un tercio o menos de la energía que se produce hoy, y si los gobiernos son negacionistas o lentos (o hipócritas) frente a las dos crisis anteriores, a la crisis energética ni la toman en serio. Si los sistemas socio-técnicos de los que dependemos para vivir no se adaptan a este futuro post-fósil, colapsarán con terribles consecuencias económicas y humanas. Profundizar: El blog de Antonio Turiel

¿Qué necesitamos hacer?

Primero, deshacernos de toda esperanza en que esto se solucionará solo, o con alguna tecnología revolucionaria, o con Partidos Verdes en el poder, o con profecías sobre la revolución proletaria. No estoy seguro de cómo hacer esto. Lo que funcionó para que yo me deshiciera de la última ilusión fue investigar los hechos anteriores + el desengaño con la izquierda en general (incluso con la "izquierdita" crítica de la "Izquierda" de la cual fui parte por años) al notar cada vez más su fracaso -y falta de interés en revertirlo- en estar a la altura de las circunstancias. El último grupo izquierdista que conformé fue particularmente instructivo sobre la inutilidad de la gente (y lo digo con dolor) cuya mente está atrapada por dogmas revolucionarios. Se llaman materialistas, pero se niegan a ver y a sacar conclusiones de la realidad biofísica que estamos viviendo. A informes científicos, les oponen citas de Marx.

En el libro Colapso de Carlos Taibo se menciona la existencia de un movimiento, o corriente impulsora de movimientos, llamada transición ecosocial. Existen las Transition Towns o Comunidades de Transición, que son: 

"proyectos ciudadanos comunitarios que persiguen crear resiliencia social contra el progresivo colapso social provocado por el cambio climático, el pico de producción del petróleo y la inestabilidad económica. El llamado movimiento de transición (también conocido como red de transición o ciudades en transición), es un movimiento prágmatico y no partidista a favor de la agroecología, la permacultura, el consumo de bienes de producción local y/o colectiva, el decrecimiento, la recuperación de las habilidades para la vida y la armonía con el resto de la Naturaleza y el uso de energías renovables."

Aunque todavía estoy estudiando el tema, mi intuición es que este tipo de movimientos e iniciativas es un muy buen comienzo. Quienes además de querer sobrevivir a este colapso civilizatorio seguimos ambicionando una sociedad libre, tenemos que saber que sin comunidades resilientes no podremos lograr ningún objetivo político libertario. Por lo tanto yo diría que lo segundo a hacer es conformar estas comunidades de transición donde podamos, o integrarlas si ya existen donde vivimos. 

Complemento con palabras recientes de Antonio Turiel, dotadas de mayor urgencia, y a contramano de las ideas del ambientalismo naif con esperanzas en un capitalismo verde y carbono-neutral:

"Deberíamos dotarnos, a la mayor brevedad, de la capacidad de ser autosuficientes en la producción de alimentos. Deberíamos de asegurar el suministro de agua, en condiciones de potabilidad, y la capacidad de depurar las aguas residuales. Deberíamos relocalizar la producción de todo lo que sea relocalizable. Deberíamos abrir nuestros vertederos y chatarrerías para reaprovechar todo lo reaprovechable. Reciclar todo lo que sea reciclable y hacer una reingeniería de los procesos industriales para favorecer el reciclaje, sobre todo de ciertos metales. Deberíamos abandonar la megalomanía de esos proyectos que a día de hoy son imposibles y centrarnos en salvar lo más pequeño, lo fundamental.

De acá deduzco un tercer objetivo, que es presionar al poder político local, que actualmente detenta potestades sobre servicios públicos tales como la provisión de agua, la salud y la gestión de los residuos, para que tome medidas compatibles con la resiliencia comunitaria. Si existen programas de apoyo a la huerta familiar o comunitaria con capacitación y semillas hay que aprovecharlos y exigir que se expandan. Lo mismo para facilitar el camino a emprendimientos de economía circular. ¿Qué planes  tiene el gobierno local para escenarios de catástrofe y situaciones de riesgo? Debe haber participación popular, asesorada científicamente, en la planificación urbana y en el ordenamiento territorial. A esto se suma las luchas ambientalistas que ya están sucediendo contra proyectos capitalistas y estatales que van en contra de la resiliencia comunitaria ya que implican la destrucción de ecosistemas y de la economía local/regional basada en sus servicios. Esta acción ciudadana es imprescindible en ambos aspectos, el de resistencia y el de participación. Siempre conservando independencia de gobiernos y partidos.

Ahora, hago un paréntesis obligado para mí como comunista que sigo siendo. Este movimiento por la transición ecosocial se quedaría corto de miras si no previera la resistencia capitalista y estatal a una sociedad donde su dominio deje de existir. Sí, son necesarias técnicas de producción más acordes a la sostenibilidad ambiental y es necesario un modelo de desarrollo orientado a la resiliencia comunitaria. Pero esto es incompleto: ¿Quién va a decidir qué se produce y cómo se distribuye? ¿Qué hacemos con el poder político? ¿La decisión democrática de estos asuntos es compatible con la existencia del capitalismo (orientado al crecimiento infinito) y del Estado (orientado a dominar a la población como a ganado)? Lo cuarto que me parece que hay que hacer es pensar en estas cosas y debatir ideas que puedan aplicarse en sus contextos adecuados (y ensayarse previamente en lo posible). En un próximo posteo compartiré algunas conclusiones provisorias mías.

Ahora sí, ¡feliz día!

Comentarios

  1. Muy interesante lo que estás preguntando e investigando, lo asocio con "preguntando caminamos" del zapatismo. Adelante Rodrigo o Rubén, abrazos.

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