Petróleo: del declive a la escasez

Así terminaba este artículo escrito en el año 2016:

"La escasez de petróleo en el 2025 originará presumiblemente una psicosis de desabastecimiento y el incremento espectacular del precio del crudo hasta niveles del 2008 (rondando los 150$) que tendrá su reflejo en un salvaje encarecimiento de los fletes de transporte y de los fertilizantes agrícolas, lo que aunado con inusuales sequías e inundaciones en los tradicionales graneros mundiales y la consecuente aplicación de restricciones a la exportación de commodities agrícolas de dichos países para asegurar su autoabastecimiento, terminará por producir el desabastecimiento de los mercados mundiales, el incremento de los precios hasta niveles estratosféricos y la consecuente crisis alimentaria mundial que afectaría especialmente a las Antillas, México, América Central, Colombia, Venezuela, Bolivia, Egipto, Cuerno de África, Mongolia, Corea del Norte, India, China, Bangladesh y Sudeste Asiático, ensañándose con especial virulencia con el África Subsahariana y pudiendo pasar la población atrapada en la inanición de los 800 millones actuales a los 1.500 millones en el horizonte del 2030."

Shockeante, ¿no? Apocalíptico, podríamos decir. Ahora, ¿qué distancia hay entre este relato y los datos? Recordemos, fue escrito hace 5 años y nos habla de lo que puede pasar de acá al 2025.

Comparto ahora estos artículos de los últimos días:

Eleconomista.es, 12/5/2021:

"La Agencia Internacional de Energía advierte de que se va a consumir más petróleo del que se está produciendo este año

• Se espera que la demanda se dispare en cuestión de meses con la vacunación
• La demanda podría aumentar en seis millones de barriles diarios a final de año
• El suministro global de petróleo en 2021 solo aumentar en 1,4 mbd"

Rtve.es, 13/5/2021:

"La red de oleoductos reanuda su actividad mientras la escasez de combustible se agudiza en EE.UU.

• La falta de suministros ha agudizado la escasez de gasolina en el país, sobre todo en el sureste
• La compañía ha reconocido en su página web que tardará varios días en recuperar la normalidad"

¿Qué es el declive del petróleo?

Hay que aclarar esta cuestión porque el negacionismo de la crisis energética es más extendido y profundo que el negacionismo de la crisis climática.

Abundan los "expertos en energía" que desestiman las alarmas sobre el declive del petróleo y de otras materias primas energéticas con un palabrerío sobre las reservas. "Tenemos reservas para 30 años más" y otras declaraciones así. Voy a sintetizar lo que vengo aprendiendo (sobre todo del blog de Antonio Turiel) sobre la cuestión del petróleo en tres afirmaciones.

1. Lo que importa no es el petróleo que esté bajo tierra, sino el que se pueda extraer a medida que se lo demanda. Por ejemplo: si la economía mundial necesita 6 millones de barriles diarios pero solo se pueden producir 5 millones de barriles diarios, entonces hay escasez, por más que bajo tierra se tengan reservas de miles de millones de barriles.
2. El petróleo de mejor calidad es el que ya se extrajo. El pico del petróleo crudo convencional fue en el año 2005. Desde entonces se ha compensado con gas natural, carbón, y los petróleos "no convencionales", que son de peor calidad. O sea que un barril de petróleo de ahora tiene menos energía equivalente que un barril de petróleo de antes. Y recordemos además que el petróleo no sólo se usa para fabricar combustibles; también se usa para fabricar plástico y muchos químicos, entre ellos fertilizantes y plaguicidas para la agricultura industrial.
3. La tasa de retorno energético del petróleo está bajando. El petróleo que se está extrayendo ahora no solo es de peor calidad, sino que es más difícil de extraer, ya sea por su ubicación o por las técnicas que tienen usarse para extrarlo y refinarlo. Producir energía cuesta energía. Al principio de la era petrolera, por cada unidad de energía que se invertía se obtenían 100 (tasa de retorno energético = 100). Hoy estamos entre 5 y 15. Sigue siendo muy rentable. ¿Pero qué pasará cuando sea menos de 5? Se tendrá que decidir dedicar una parte cada vez mayor de la energía para seguir produciendo energía. Esto significa menos energía para otros usos.
4. Seguimos viviendo en economías orientadas al crecimiento infinito. Si la expectativa de toda economía es siempre crecer, esto significa que hay una expectativa de consumir cada vez más energía y materiales, pues la economía real está 100% vinculada a la energía y los materiales. Lo que deberíamos hacer es racionar el petróleo que nos queda y usarlo de la manera más inteligente posible, adaptando nuestras infraestructuras básicas a un mundo sin la actual abundancia (para quien pueda pagar) de energía y materiales. Lo que todo indica que va a pasar, es lo contrario: mayor consumo del petróleo, y por lo tanto acelerar su declive.

La escasez de petróleo no va a llegar cuando hayamos extraído la última gota de petróleo del suelo, sino mucho antes. Va a llegar cuando los costos de inversión (financieros y energéticos) para extraer el petróleo que la actual economía necesita sean tan altos que no sea posible sostenerlos, por más "rescate" financiero que hagan los gobiernos y los bancos centrales. El aumento de los costos de inversión no es algo del futuro, sino algo que ya está sucediendo.

Peros

Hay muchos peros a lo anterior que pueden surgir. Por ejemplo, que todo el tiempo se descubren nuevos yacimientos, que EEUU con el fracking logró ser autosuficiente, que las renovables y/o la nuclear y/o l fusión y/o el hidrógeno nos van a salvar, que el mercado va a equilibrar oferta y demanda, que son los factores geopolíticos los que causan la inestabilidad...

Recomiendo este texto para abordar todos estos peros. No hay cantidad ni profundidad de argumentos que pueda sacar a alguien del negacionismo, pero sí los hay para quienes aborden el estudio de un tema desde la curiosidad y la honestidad intelectual.

¿Por qué investigar y hablar de este tema?

El tema del declive y la futura escasez del petróleo es altamente preocupante, aunque no deja de ser fascinante por la cantidad de aristas que tiene y por todo lo que se aprende al investigarlo. Por ejemplo, aprender sobre todas las industrias e infraestructuras básicas que dependen del petróleo, entre ellas la cadena de suministro global (donde los protagonistas son los barcos portacontenedores), nos obliga también a adoptar una perspectiva de sistemas, que no reduzca la complejidad. Y esto es muy útil para el análisis de otros sistemas como las sociedades, las economías, los Estados.

También nos permite ver la superficialidad, parcialidad, y en última instancia falsedad de las narrativas reduccionistas sobre el petróleo. Tres de ellas son: la económica (los precios, el mercado, los futuros, las inversiones), la tecnológica (diferencia entre convencionales y no convencionales, el fracking) y la geopolítica (qué países tienen más reservas, la situación política en esos países). No es que estas narrativas no ofrezcan nada de verdad, es que tratan el tema desde una sola arista e ignoran la arista más importante.

La arista más importante, que debería caer de maduro, es la física. Estamos hablando de materia, y la materia en un planeta es siempre finita. Hablar de la arista física es, en este caso, hablar de algo que la ideología del progreso (en su versión derecha y su versión izquierda) no le gusta hablar: de límites. El crecimiento infinito (en población, en consumo, en producción) no es  físicamente posible. El crecimiento tiene límites.

Como dice al final de este análisis sobre la situación energética latinoamericana: "La geología tiene límites, la tecnología encuentra límites y la sociedad deberá aprender a limitarse." Tenemos que reorganizar nuestra sociedad en base a los límites biofísicos del planeta. Necesitamos una transición post-fósil.

¿Pero cuántos políticos están hablando de esto? Ninguno. Todos están comprometidos con el relato del crecimiento infinito, sean de extrema izquierda o de extrema derecha. Y así será mientras desde la sociedad no surja ninguna presión para reconocer el declive del petróleo como una crisis y tratarlo como una crisis. Podemos ayudar a esto. Eduquémonos para tener una opinión informada y poder compartirla con otros. Conversemos el tema con familiares y conocidos. Empecemos a pensar y dialogar sobre qué hacer.