Tengamos el debate sobre la Argentina planera

La "planera viral", última operación de los medios argentinos

Si sos un laburante precarizado entiendo tu enojo con los "planeros", pero no apoyemos agendas que nos van a perjudicar aún más.

Algo de historia: el status quo post-2001

Las reformas neoliberales de los 90 en Argentina achicaron el mercado de trabajo y dejaron a millones en la desocupación sin asistencia social. Este fue el caldo de cultivo para los primeros movimientos piqueteros, que durante finales de los 90 y principios de los 2000 encabezaron la protesta social  contra las consecuencias de las reformas neoliberales de los 90. Su exigencia al Estado fueron puestos de trabajo digno.

El Estado argentino respondió, primero, dividiendo a los piqueteros entre "duros" (léase de izquierda combativa) y "blandos" (léase peronistas). Segundo, dándole más represión y estigma mediático a los "duros" y más diálogo y planes sociales a los "blandos". De puestos de trabajo, nada.

El Estado argentino no revirtió las reformas neoliberales al mercado laboral. De hecho, las consolidó. Pero sí creó un costoso sistema de planes sociales para mantener pacificada a la población desocupada. Además el peronismo aprovechó su manejo de los planes y de otros recursos para hacerse de sus propios "movimientos" y ampliar su voto cautivo.

20 años después, los movimientos piqueteros se transformaron en "organizaciones sociales", que es un eufemismo para un grupo de punteros con su base clientelar. Ya no reclaman empleo digno, porque representan a una población acostumbrada a sobrevivir a base de planes sociales y changas. El Estado argentino básicamente le paga a esta población para que no se convierta en piquetera. Los fondos usados en los planes sociales salen de la plusvalía extraída de sectores capitalistas productivos (especialmente el agro, con las retenciones), de la plusvalía extraída a la población con empleo, y de la toma de deuda.

Algo de sociología: la fragmentación de la población argentina

Como resultado del status quo post-2001, la población argentina (restando las élites) está fragmentada en tres sectores:

1) El sector minoritario de asalariados con un empleo formal y ganando por encima de la canasta básica.
2) El sector de asalariados/contratados en la informalidad y ganando por debajo de la canasta básica.
3) El creciente sector desocupado y dependiente de los planes sociales.

Esta es una situación objetiva de fragmentación social. El origen de esta fragmentación es material, no ideológico. La grieta entre "planeros" y "laburantes" es explotada por los medios de comunicación pero no es un invento de ellos. Es real. Resulta de las políticas económicas aplicadas desde los 90, en el marco de un capitalismo argentino decadente.

Contrario al imaginario progre, quienes más desprecian a los "planeros" no son "la clase media" ni "la oligarquía": son los trabajadores precarizados. Quienes tienen que trabajar más horas por menos salario y encima reciben pocos o ningún beneficio social, miran con resentimiento a las familias que reciben varios  ingresos del Estado "por no trabajar". La progresada se enoja con esta gente y les llama "fachos"(1). Al mismo tiempo, tampoco reclama trabajo digno para todo el mundo para que la gente pobre deje de depender de los planes. Al contrario, promueve una infantilización de esa población llamándole "sectores vulnerables", o "desfavorecidos", o algún otro eufemismo políticamente correcto.

La derecha no-peronista (macrista y liberal) es la que tiene la libertad para decir lo más políticamente incorrecto pero a la vez lo más cercano a la realidad en comparación con el progresismo: hay una Argentina productiva compuesta por gente que trabaja (empresarios, profesionales, comerciantes, empleados), que mantiene a una Argentina improductiva de políticos corruptos y vagos que viven de planes. Este relato tiene muchos fallos, pero no hay una izquierda que se ocupe de exponerlos sistemáticamente y de ofrecer un relato superador.

¿En qué anda la izquierda? Todavía en la estupidez de llamarle "clase obrera" a esta población fragmentada. Predican una unidad social basada en su ideología marxista-leninista, cuando la única manera de llevar a cabo la unidad social es en un movimiento que luche por los intereses comunes y particulares de toda esta población. Y ese movimiento no existe en la Argentina. Lo que era el movimiento obrero argentino se convirtió en una corporación totalmente dominada por oligarcas sindicales y que solo representa a algunos de los trabajadores formalizados, totalmente insolidarios con el resto de la población. En su discurso público, la izquierda argentina solo se dirige a los trabajadores sindicalizados y se hace la distraída sobre la profundidad de la fragmentación social llamándole al sector 3 "trabajadores desocupados", cuando generaciones enteras de esa población no saben lo que es un trabajo estable ni lo buscan(2).

Entre el relato progre del pobre humilde y víctima, el relato marxista de la clase obrera ocupada y desocupada, y el relato de la derecha anti-planera, el tercero es el más cercano a la realidad y el que más apela tanto a los laburantes precarizados como a los pequeños patrones.

La operación mediática de la "planera viral" y su propósito

En julio de este año, una mujer dependiente de planes sociales se filmó durante 4 minutos haciendo apología de vivir sin trabajar y llamándole boludos a quienes trabajan y pagan los servicios. Si esto lo hizo de manera gratuita o se le pagó para hacerlo, es secundario.

El video se viralizó por las redes sociales primero y después lo levantaron los medios masivos, que también la invitaron a programas de la TV, porque es perfecto para consolidar la "grieta" de la que viven (3).

Otra operación mediática permanente, bastante frecuente en diarios como La Nación, es darle voz a empresarios quejándose de que no consiguen empleados por culpa de los planes sociales. Si tu oferta laboral compite con los planes sociales y pierde, es porque estás ofreciendo una precarización tan brutal que la persona prefiere cobrar un poco menos sin hacer nada que cobrar solo un poco más y tener un alto desgaste físico y mental. Pero esta respuesta reflexiva no es la más popular, sino la respuesta reaccionaria "hay que quitar los planes así esos vagos van a laburar".

¿Cuál es el efecto social de estas operaciones? Derechizar aun más el clima de opinión. Debatir la idea de quitar o limitar los planes sociales, para de esta manera obligar a toda esta población a aceptar los trabajos más precarios o morir de hambre. Esto empalma perfectamente con la necesidad del capitalismo argentino de realizar una reforma laboral, donde desaparezcan aun más los límites para la explotación establecidos en conquistas sociales anteriores. El objetivo es lograr que la mano de obra argentina tenga un precio competitivo (o sea, el más bajo posible) y así fomentar inversiones. Esto no es consecuencia de una decadencia: el es funcionamiento normal del capitalismo.

Como la función del liberalismo en Argentina es correr por derecha al macrismo, ahora uno de sus principales referentes sacó el tema de la alta natalidad en los barrios pobres. La gente pobre es vista como variable de ajuste. No sólo son vagos: son demasiados. Más derechización del clima de opinión. Más consenso para la reforma laboral.

Todo esto puede generar "guerras culturales" entre derecha e izquierda, pero eso no es su objetivo principal. El objetivo principal es preparar el camino para un ajuste aun más brutal sobre el conjunto de la población. Al Estado argentino ya se le está acabando su capacidad económica de mantener el status quo post-2001. Incluso una de las artífices de este status quo, Cristina Fernández, se ha distanciado recientemente de las "organizaciones sociales" y propone que los planes sociales sean manejados por los intendentes. Esta es una táctica para su supervivencia política personal pero también empalma con las necesidades del capitalismo argentino.

De manera que sí, laburante precarizado, vas a ver pronto cómo le quitan los planes a los "vagos" y los obligan a "laburar". Pero vas a ver cómo eso te va a perjudicar a vos. Con la suficiente gente desesperada por tu puesto de trabajo, tu patrón te va a exigir trabajar más horas a cambio de tu mismo salario o quizás menos. Y si te quejás, ya no habrán 10 personas ansiosas de reemplazarte por menos de lo que cobrás: van a ser 1000.

Conclusiones

Se están acabando los días del status quo post-2001. La decadencia del capitalismo argentino avanza inexorablemente y el Estado nacional está amenazado de bancarrota. Tiene que recortar gastos. Entre ellos, el gasto de mantener a una población creciente de población excluida con planes sociales.

El plan es obligar a la población dependiente de planes a engrosar el sector de trabajadores precarizados. Esto va a empujar los salarios y las condiciones laborales aun más para abajo, a nivel general. Lo cual puede darle algo más de oxígeno al capitalismo argentino, aumentar la tasa de ganancia. Claro que a costa de un gran sufrimiento para millones.

Ante esta situación las consignas izquierdistas de "recuperar los sindicatos" o "meter más izquierda en el Congreso" son altamente insuficientes. Las estupideces nacionalistas sobre el FMI y la deuda externa, también.

Se necesitan construir nuevas organizaciones para la lucha económica y política de los trabajadores precarizados, adaptadas al entorno local. Independientes del Estado, de todo partido político y también de los sindicatos.

Pero también se necesita escuchar voces antisistema que no tengan miedo de dar el debate sobre los planes sin subordinarse a la corrección política del progresismo. Hay que dialogar con el trabajador precarizado en vez de juzgarlo como hace el progresismo y la izquierda influida por el progresismo. Se precisa practicar la empatía en serio.

Notas

(1) Parece que la famosa "empatía" de los progres no aplica en este caso. La progresada generalmente viene del primer sector (el de los trabajadores en blanco y bien pagos) y tiene la heladera llena. Así es fácil ser progre.

(2) Razón y Revolución es la única secta bolche que realmente piensa en cómo construir un capitalismo de Estado en Argentina (ellos le llaman socialismo). Uno de sus últimos delirios dicho por su líder es que si ellos gobiernan, van a convertir a todos los "compañeros" que viven de planes desde hace 20 años en trabajadores del Estado y los destinarán a actividades productivas.

(3) Las palabras de la "planera viral" causan indignación genuina en quienes vivimos de nuestro trabajo. El objetivo es manipular a la población desde sus emociones para que apoyen medidas que también la van a perjudicar a ella. Apelando por supuesto al sentido de justicia y a frases como "cultura del trabajo".

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