El ciclo de violencia, el ciclo de dominación

Las relaciones violentas (y la dominación es una de ellas) tienen sus complejidades porque la víctima nunca es un receptor pasivo de violencia y nunca deja de tener su agencia.

Las dos partes, la victimaria y la victimizada, se están conduciendo según un "deber ser" de la relación, cumpliendo los roles que les fueron asignados. La victimaria reproduce su poder sobre la víctima y la víctima reproduce su situación de sometimiento.

Esto no significa darle fundamento a la acusación de que la víctima tiene la culpa. Pero sí significa cuestionar el facilismo de decirle "salí de ahí", sobre todo por gente que no va a invertir horas de su vida (ni su casa) para ayudar a la víctima a "salir de ahí". La sola voluntad individual no es más fuerte que siglos de mandatos. Hay toda una estructura social y un entorno cotidiano que sostienen esa relación violenta con sus modelos y sus ideologías. Para "salir" la víctima necesita de un entorno comprometido y constante que se banque contradicciones y "recaídas".

Para salir de ese ciclo de violencia hace falta hacer un duelo sobre la muerte de una ilusión sobre la relación. También hace falta cuestionar valores e ideas que se tenían como buenos, si no se quiere reemplazar a un victimario por otro.

Esta no es la historia de una pareja. Es la historia de los pueblos del mundo y la República. Es la historia del pueblo argentino y el peronismo.