Un criterio sobre cómo evaluar la literatura científica


Quienes no somos científicas pero nos interesamos por asuntos comunes y tenemos un interés en ser intelectualmente responsables, buscamos en la ciencia nuestra principal fuente de información.

Esto es lo mejor que podemos hacer pero tiene sus problemas. ¿Cómo juzgamos qué teoría apoyar o no sin caer en actos de fe o en sesgos de confirmación?

Quiero aprovechar las palabras de Antonio Turiel, un científico al que sigo en la cuestión energética, porque el último post que escribió aborda esta cuestión. En ese posteo se habla sobre la transición a una matriz energética de 100% renovables, uno de los sueños tecno-optimistas corrientes en círculos ambientalistas y del capitalismo verde.

Me han llegado a citar que se han compilado 180 artículos científicos que muestran tal tipo de transición renovable, como si el masivo número fuera prueba de autoridad suficiente y no cupiera discutir más. Dado que, contrariamente a lo que suelen pensar mis contertulios en las redes sociales, algo sé de este tema porque mi escasa producción científica en este campo es precisamente sobre el diseño de sistemas 100% renovables, he creído conveniente escribir este post para sintetizar mejor por qué ése no es un argumento válido, y menos aún para justificar las políticas públicas que se están emprendiendo. 

(...)

Comencemos por algo muy básico: la ciencia no funciona por un sistema democrático. La verdad de un aserto no se valida por el hecho de que haya muchos estudios, aunque sean 180, que parecen respaldarlo. Por supuesto que la gran cantidad de estudios avalan que probablemente se puede hacer, pero hay que estudiar y analizar los susodichos 180 estudios para ver cuáles son las condiciones de aplicación. Porque ésta es la primera cosa que los profanos al ejercicio de la ciencia no entienden: ningún estudio es completamente comprehensivo porque tal cosa es imposible, dada la complejidad y multitud de factores que intervienen en el mundo real. 

Cada estudio se apoya en un conjunto de hipótesis limitantes bien definidas, y ningún estudio sobre una cuestión de mediana complejidad pretende dar la solución última y final a esa cuestión, sino tan solo entender una parte del problema. Para hacer las cosas más complicadas, cada estudio establece unas hipótesis explícitas, pero al tiempo, inevitablemente, parte de unas hipótesis implícitas que no siempre son evidentes.

En lo que sigue, Antonio analiza que dichos 180 estudios proponen cosas contradictorias entre sí, por lo tanto no son una "prueba" de lo mismo.

También analiza las hipótesis implícitas de esos estudios. Una muy común es que tenemos a disposición las materias primas para la realización de esta transición renovable. Cosa que es falsa, y hay estudios sobre el tema.

Entonces, ¿cuánto peso tiene la afirmación de "la transición renovable es posible, está probada por 180 estudios científicos?"

Esto puede aplicarse en otros temas también

Por ejemplo, en su versión negativa, está el "pero hay 180 estudios que niegan que esto pueda pasar". Como una democracia a la inversa.

Otras muy usadas: "lo dice la ciencia" (para cerrar una discusión) o "los científicos no se ponen de acuerdo" (para abrirla).

La gente de izquierda es muy susceptible de identificarse con minorías disidentes, ya que esto es muy fácil de comparar con el desafío al status quo y con su propia situación de aislamiento.

Entonces cuando se toman el trabajo de estudiar los artículos disidentes (y solo esos), en cada lectura van fortaleciendo no solo la convicción que tenían de antes, sino su convicción de que su convicción está fundada y no tiene nada que ver con el fanatismo ciego.

El autoengaño puede ser muy sutil, y más sutil cuanto más intelectual es la persona. No tengo una respuesta de cómo salir o evitar entrar en esto. Es más, podrían decir que yo estoy en una espiral de autoengaño con todo esto del colapso, y no se me ocurre cómo probar lo contrario.

Lo único que se me ocurre, como algo accesible a mucha gente, es un llamado a todo el mundo: miremos los hechos y evaluemos juntos cuáles interpretaciones son las que más se ajustan a lo que realmente pasa. No nos quedemos solo en el diálogo con nuestra "tribu" (es un comportamiento sectario), ni en confrontaciones con quienes piensan totalmente lo opuesto (porque aunque esto parezca "abierto", en realidad es sectario también).

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