El ambientalismo tiene que aflojar con su fetichismo de la consciencia

 


La imagen de arriba es un ejemplo (con una síntesis muy bien lograda, pienso yo) de cómo muchos ambientalistas presuponen que la falta de "conciencia ambiental" en el individuo medio se debe a una ignorancia muy parecida a la estupidez.

Pero un enfoque histórico-material diría otra cosa. Si repasamos nuestra historia desde el Paleolítico (como hace muy bien el libro En la espiral de la energía) veremos una transición desde sociedades forrajeras (cazadoras-recolectoras), donde toda la población estaba en contacto directo con la naturaleza, a sociedades donde parte de la población se "libera" del trabajo de producción de medios de vida porque se especializa en el comercio, la guerra, la religión y el gobierno, o es el sirviente de los anteriores y vive en la ciudad.

De las sociedades que se sustentaron a partir del Holoceno con agricultura y ganadería, varias de ellas pasaron a ser Estados con una estructura piramidal (con mayor alienación de la naturaleza en la parte dirigente que en la dirigida) y algunos de esos Estados se convirtieron en imperios, pues su clase dirigente aspiró a concentrar más tierra, más ganado, más sirvientes, más prestigio. La lógica del crecimiento infinito en el planeta finito empezó hace miles de años y no con el capitalismo.

Pero incluso en esas sociedades estatales e imperiales, la mayoría de la población vivía en el campo y se dedicaba exclusivamente a la agricultura, la pesca o la ganadería, por lo tanto estando en contacto directo con los ecosistemas, conociendo sus ciclos y teniendo conciencia de que lo que obtenía había que retribuirlo de otra manera. Por ejemplo, si extraía cultivos tenía que aportar nutrientes al suelo.

Saltemos al hoy. ¿Cuál es la situación en Argentina, por ejemplo?

En 1810 la población de lo que sería Argentina estaba distribuida 10% en áreas urbanas y 90% en el campo. En el año 2020 es al revés. Fuente: La evolución de la población rural y urbana de la Argentina

Y hay que tener en cuenta que esa población ha crecido. Mucha de la gente que vive en las ciudades argentinas nunca vio un cultivo, a menos que se trate de una ciudad que se caracterice por la actividad agrícola. Su comida la obtiene del supermercado. Su agua no viene de ríos, viene de su tanque. Su combustible viene de las estaciones de servicio. Solo una minoría de la población argentina se dedica a la producción de alimentos primarios.

Además la agricultura industrial que domina el campo argentino no se trata de interactuar con la naturaleza desde una reciprocidad y desde sus ciclos. Es otro extractivismo más, que emplea muy poca fuerza de trabajo, asistido con maquinarias y químicos, hasta que el suelo pierda su riqueza y haya que "correr la frontera agropecuaria" deforestando lo poco que queda de bosque nativo. La agricultura agroecológica (o sea, coordinada con los ciclos naturales del agroecosistema y que usa fertilizantes y plaguicidas orgánicos) está presente en una minoría pequeña de las explotaciones agrarias, si bien está recibiendo algún impulso.

¿Qué conciencia ambiental puede venir de este modo de vida alienado? Repasemos: la gran mayoría de la población vive en ciudades, sin contacto con ecosistemas más allá de islotes de espacios verdes y reservas urbanas. Y de la población que vive en el campo, la mayoría se relaciona con el agroecosistema como el capitalista y el obrero lo hacen con una fábrica.

La conciencia se relaciona más con el modo de vida que con el conocimiento adquirido mediante lectura. Podemos hacer educación ambiental para mitigar la alienación a nivel intelectual y sensible. Pero sin cambiar sustancialmente el modo de vida, la alienación respecto a la naturaleza persistirá en la práctica. Para la gran mayoría de la gente. 

Comentarios

  1. El excesivo énfasis en la conciencia termina corriendo el foco de lo ambiental, es decir, de lo material, en el sentido del medio en que el sujeto se mueve e interactúa. Y del cual él mismo forma parte.
    Es como que esa discusión termina haciendo que el sujeto quede aislado de ese medio, y la cosa pase por cuánta sensibilidad tenga ese sujeto o no... Como si fuera una competencia de sensibilidad, a ver quién la tiene más larga a la sensibilidad...
    Y como decís, los cambios de vida promueven cambios de conciencia mucho más profundos que la propaganda o argumentación que pueda hacerse.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Qué es y qué no es la monogamia

El "Che" Guevara, un asesino serial glorificado por la izquierda

Los próximos 10.000 millones de años