¿A quién le sirve el "todos somos culpables"?

Primera trampa. Transformar a los problemas socio-económicos de un país en problemas personales (o familiares). De esa forma el sistema socio-económico, y el sistema político-institucional apoyado sobre él, safan de ser cuestionados. Este enfoque, sumado a la meritocracia, lleva a decir que la responsable principal del desamparo de Maia es su mamá.

Segunda trampa. Que los que tenemos un techo y una cama nos sintamos culpables porque haya gente en la calle, incluso si no tenemos poder político y no llegamos a fin de mes. Eso no ayuda a nadie más que a quienes son responsables de las políticas públicas que llevan a que gente viva en la calle. No ayuda a las Maias. Nos silencia (porque si criticamos siendo culpables somos hipócritas). Nos inmoviliza (porque a menos que convirtamos a nuestras casas en albergues, seremos incoherentes).

Pero aún evadidas estas dos trampas, se plantea el debate legítimo sobre la responsabilidad individual. ¿Qué podemos hacer? Individualmente (porque se suele excluir la posibilidad de organizarse y hacer cosas colectivamente).

Tengo una propuesta para la gente que quiere tomar responsabilidad individualmente. Ocupate de pensar bien sobre los asuntos sociales. Dejá de valerte sólo del sentido común. Formate en ciencias sociales. El sentido común es el repositorio de los lugares comunes y de la ideología dominante hecha costumbre. De ahí viene el "todos somos responsables", "el pobre lo es porque quiere", y otros grandes hits del pensamiento nacional. ¿Querés tomar responsabilidad? Tomá distancia crítica de la cultura hegemónica. Menos sentido común y más ciencia.

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