El bolchevismo: vanguardia de la contrarrevolución rusa

Fanya Kaplan, anarquista rusa que disparó a Lenin en 1918 por "traidor a la revolución"

En esta entrada pongo a disposición recursos para la crítica del bolchevismo. Para presentarlos, uso dos extractos de uno de esos textos, Nota sobre el stalinismo y el trotskismo:

La revolución rusa y los bolcheviques

La Revolución Rusa de 1917 consistió en dos etapas relativamente distintas. La “Revolución de Febrero” fue una serie de luchas populares en gran medida espontáneas a partir de febrero y continuando durante los próximos meses, la “Revolución de Octubre” fue esencialmente un golpe de Estado perpetrado por el Partido Bolchevique bajo la dirección de Lenin y Trotsky.

Los bolcheviques tenían la reputación de ser revolucionarios radicales, en parte debido a que habían sido uno de los pocos grupos izquierdistas que se opusieron a la Primera Guerra Mundial; pero una vez en el poder reprimieron las tendencias radicales de base y se transformaron en una nueva clase dominante.

A pesar de que cambiaron su nombre a “Partido Comunista” en 1918, el sistema que crearon no tenía nada que ver con el comunismo en el verdadero sentido de la palabra, sino que era simplemente una versión más cruda y más concentrada del capitalismo. La propiedad privada fue sustituida por la propiedad estatal, pero el propio capitalismo (el sistema de relaciones sociales mercantilizadas) no fue eliminado de ninguna manera. Los trabajadores que fueron explotados anteriormente por una multitud de capitalistas privados eran explotados ahora por una sola empresa capitalista propietaria de todo: el Estado.

Aunque este proceso fue complejo y gradual, la transformación ya estaba bastante clara en 1921 cuando los marineros revolucionarios de Kronstadt fueron aplastados por el régimen “comunista” bajo el liderazgo directo de Trotsky. (Ver La revolución desconocida de Volin y Los bolcheviques y el control obrero, 1917-21, de Maurice Brinton.)

Tras la muerte de Lenin en 1924, la facción del Partido Comunista dirigida por Stalin adquirió cada vez más poder, hasta el punto de que Trotsky fue puesto a la defensiva y, finalmente, expulsado del Partido y obligado a exiliarse. Stalin impuso a continuación las diversas medidas internas totalitarias que no serán discutidas aquí, ya que en general son bien conocidas — la dictadura policial del Estado, la colectivización forzada, los campos de trabajo o Gulags, los juicios de Moscú, etc. (Para buenos relatos de este proceso ver Stalin: Un estudio crítico del bolchevismo de Boris Souvarine, El enigma ruso de Ante Ciliga, y Memorias de un revolucionario de Victor Serge.)

Sobre el trotskismo

(...) como el propio Trotsky estaba directamente implicado en el proceso por el cual el Partido Comunista se convirtió en una fuerza contrarrevolucionaria dentro de Rusia, y puesto que él nunca reconoció que ese partido se había convertido en una nueva clase dominante burocrática, sus intentos de presionar al partido para que reanudara una política internacional revolucionaria estaban condenados al fracaso.

Trotski fue condenado por su perspectiva fundamental, puesto que en el momento en que la burocracia se reconoce en su resultado como clase contrarrevolucionaria en el interior debe escoger también ser efectivamente contrarrevolucionaria hacia el exterior” (Guy Debord, La Sociedad del Espectáculo, Tesis 112).

Esta es la razón por la cual las polémicas trotskistas, por muy radicales que puedan parecer en algunos aspectos, siempre terminan cayendo de nuevo en la misma conclusión simplona: el stalinismo es criticado de muchas maneras, pero en última instancia sigue siendo considerado “progresista”. Los regímenes stalinistas son descritos como “Estados obreros degenerados” o “Estados obreros deformados”, dando a entender que el sistema socio-económico es básicamente bueno, el problema se reduce a que está pobremente liderado por una dirigencia política inepta que debe ser sustituida por una dirigencia correcta al estilo de Lenin y Trotsky. Los trotskistas no reconocen los orígenes del stalinismo en las prácticas autoritarias anteriores de Lenin y Trotsky y en la estructura jerárquica del partido bolchevique, el cual había inaugurado ya el nuevo sistema de capitalismo de Estado mucho antes de que Stalin llegara al poder.

Recomendaciones de lectura y breves reseñas

Recomiendo empezar por las Tesis sobre el bolchevismo. Ensayo que puede ser pesado por momentos, pero está dividido en secciones lo que hace que se pueda interrumpir y retomar su lectura más fácilmente. Este texto nos da un contexto histórico general para analizar la revolución rusa y el carácter de clase del bolchevismo (spoiler alert: no es obrero).

Para profundizar en este análisis crítico del bolchevismo como partido y como corriente histórica, el texto siguiente es La lucha contra el fascismo comienza con la lucha contra el bolchevismo de Otto Rühle. Allí se habla del vínculo entre bolchevismo y fascismo y se enfatiza en cómo las monstruosidades totalitarias del stalinismo ya estaban contenidas en el leninismo.

Los demás textos de la sección "folletos" son esencialmente polémicos. El primero de ellos, contra nada menos que Lenin y su folleto "El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo". La carta abierta de Gorter, defensor de la izquierda comunista alemana, es un apasionante contrapunto contra la aparente solidez de los argumentos bolcheviques de cómo hacer la revolución socialista.

Los textos de Paul Mattick son muy útiles para discutir contra el troskismo, que se presenta a sí mismo como una oposición revolucionaria al stalinismo y ofrece un relato mentiroso sobre la URSS "de Lenin y de Trotsky". Estos escritos demuestran que Trotsky fue uno de los arquitectos del Estado totalitario que luego le fue arrebatado por Stalin, y que las diferencias entre troskismo y stalinismo sobre la concepción del socialismo, la revolución socialista, el partido revolucionario y el papel de la clase obrera, son mínimas o inexistentes.

Entre los libros, el más corto (poco más de 80 páginas) es Los bolcheviques y el control obrero. Provee datos históricos muy precisos sobre la demagogia que el bolchevismo practicó con las verdaderas organizaciones del proletariado revolucionario ruso: los soviets y los comité de fábrica. A quienes aniquiló para imponer el control centralizado del Partido ni bien tuvo la oportunidad.

Lenin filósofo, de unas 200 páginas, es un estudio pormenorizado sobre el pensamiento de Lenin. Es extremadamente útil para constatar las diferencias filosóficas de base entre marxismo y leninismo.

La revolución desconocida Memorias de un revolucionario son dos clásicos que por su riqueza documental y por ser testimonios de revolucionarios que tuvieron que huir de la "patria de los trabajadores" (uno en tiempos de Lenin, otro en tiempos de Stalin), no podían dejar de estar.

Folletos

1920. Hermann Gorter - Carta abierta al camarada Lenin

1934. Helmut Wagner - Tesis sobre el bolchevismo

1935. Paul Mattick - La leyenda de Lenin

1937. Paul Mattick - Reseña a: La revolución traicionada de León Trotsky

1939. Otto Rühle - La lucha contra el fascismo comienza con la lucha contra el bolchevismo

1940. Paul Mattick - Leon Trotsky

1947. Paul Mattick - Bolchevismo y Stalinismo

Libros

1938. Anton Pannekoek - Lenin filósofo

1945. Victor Serge - Memorias de un revolucionario

1947. Volin - La revolución desconocida

1970. Maurice Brinton - Los bolcheviques y el control obrero



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